𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

T R E I N T A I C I N C O - Autógrafo.

James - Doce años.

J A M E S.

Me puse con rapidez mi suéter azul y mi fiel mochila, despeine un poco mi cabello mientras escuchaba como nuevamente mi mamá tocaba la bocina de su auto.

- ¡Tío Tendo ya me tengo que ir!

- Pequeña rata ten un poco de paciencia - Pidió apareciendo por uno de los tantos pasillos de su casa.

Tío Tendo era alguien extraño, empezando por el tonto apodo que había recibido desde pequeño, aun no sabía del por qué... Luego su extraño cabello y no olvidar su actitud.

- Lleva estos chocolates.

Sonreí abiertamente recibiendo la bolsita en mis manos, bueno era extraño pero agradable.

- ¡Gracias! - La bocina nuevamente se hizo presente - Mm.. Tío tienes que favor que te pedí.

- ¡Ah! Claro... El autógrafo de Bakatochi - Asentí al instante en que veía como se movía de un lugar a otro buscando mi pedido - Aún me extraña que no se lo pidiera tú... Es tú tío.

- Bueno... No quería molestar.

Al parecer lo encontró pues suspiro volviendo en mi dirección, recibí esta vez una bonita camisa del equipo Japones con el número uno como representación a mi tío, sin olvidar la gran firma que llevaba.

- Gracias.

- Lo que sea por mi rata favorita.

- Lo tomare como un cumplido - Otra vez la bocina se hizo presente - Pff.. Bueno me voy antes que me maten... Adiós tío.

- Adiós.

Salí casi corriendo del departamento, me conocía el lugar de memoria y mientras salía del edificio salude a uno o dos recientes del lugar, al llegar a la puerta la abrí dejando pasar a una señora algo mayor de edad.

- Gracias James querido.

- De nada señora Tsuyama - Recibí una tierna sonrisa y luego que pasara salí corriendo del edificio.

Mi madre esperaba en el auto, podía su impaciencia desde lejos, lo esperaba, después de todo le había jurado no demorar más de cinco minutos.

Rápidamente me subí al copiloto - James - Me regaño con la mirada, algo tenebroso a mi parecer.

- Lo siento pero sabes como es tío Tendo, le dices algo y es imposible callarlo.

- Bien - Bufó mi madre mientras giraba la llave del automóvil, al instante el motor hizo acto de presencia con un tranquilo ruido - ¿Que llevas ahí? - Preguntó apuntando en dirección a la bolsa que llevaba sobre mis muslos.

- Ah... ¿Nada?

Mostró un leve sonrisa aunque seguía mirando al frente - ¿No me dirás?

- No.

Suspiró - ¿No es algo ilegal, no?

- ¿Mamá por quien me tomas? Si quisiera tener dinero seria modelo.