D O C E - Protección.

2K 256 72
                                        

( T / N ).

– ¿Está vivo? Creo que no está respirando.

– Hajime – regañé por quinta en lo que parecía poco tiempo.

– Está durmiendo demasiado, no sé si esto es normal.

– Es un bebé, es normal.

– Pero Jack Jack patalea, llora y grita todo el tiempo – Levanté la vista de un tranquilo James para ver a Hajime, el cual se veía notoriamente preocupado. Él veía al bebé mientras mantenía una mano en su cintura y la otra masajeaba su cabello.

– ¿Prefieres que pataleé, llore y grite todo el tiempo a que duerma?

-. Bueno si así da señales de vida.

– Estas muy preocupado – susurré con una leve sonrisa en mi rostro, no podía negar que ver esta escena me daba cierta ternura – Ve a dormir.

– ¿Estará bien? – Pregunto al aire ignorando por completo mis palabras – Voy por el espejo.

– No es necesario Haji--

Tarde, pues Iwaizumi había salido de mi habitación en busca del objeto más utilizado en esta casa. Volví mi vista a la cuna blanca que se encontraba a mi lado. James llevaba puesto un delgado boddy en forma de osito, estaba quieto, su pecho subía y bajaba con tranquilidad mientras sus manos se apretaban levemente en forma de puño.

– Eres muy lindo – Murmuré acariciando con delicadeza sus regordetas mejillas.

Apenas hace una semana que habíamos llegado al departamento, mi cuerpo aún estaba resentido por lo operación, igualmente, era extraño no sentir esa panza que llevaba antes.

Mmffm – Se escucho por lo bajo un pequeño suspiro.

En su cabecita aún no se mostraban señal de cabello, salvo algunas pequeñas pelusas que lo cubrían, al igual que su rostro, el cual no era del todo definido por su hinchazón y la falta de algunos huesos. Sin embargo, sus ojos ya los había abierto dejando un notorio parecido a los míos en cuanto a color se trataba.

La repentina puerta abriéndose hizo que saltara en mi puesto levemente, Hajime venia con un pequeño espejo en mano el cual colocó con cuidado cerca de la nariz de James.

– ¿Ves? Está vivo – Hable apenas ver como se empañaba por la calmada respiración – ¿Ahora vas a dormir?

Al igual que yo, Iwaizumi había tenido problemas de sueño, James al aparecer le gustaba despertar desde las tres de la mañana hasta las diez. Tenía su hora de sueño marcada, y de esa forma a nosotros igual.

– Si, supongo qu--

Un repentino quejido salió de la cuna.

Oh, no.

Seguido de un estruendoso llanto que venía acompañada de un petulante olor, suspirando me acerque a la cuna del pequeño, viendo lo rojo que su rostro se transformaba.

– Ahí está tu niño llorón – Murmuré sonriendo.

– Puedo ver su garganta – Habló sorprendido Hajime, rápidamente me miro con cierta preocupación en su rostro – ¿Eso es normal?

– Claro que si Hajime – Bufé tomando al pequeño renacuajo entre mis manos, el fétido olor no demoro en llegar con mayor magnitud hasta mi nariz – James cariño tranquilo.

– Yo me encargo – musitó como una leve sonrisa – Te ves con sueño, ve a descansar.

Antes de que pudiera responder Hajime tomó entre sus manos el pequeño cuerpo de James, acostumbrado a los brazos de Iwaizumi el bebé acomodo su cabecita en el hombro de Hajime.

𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora