D I E Z - Iwaizumi.

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H A J I M E.

– No – Gritó con fuerza (T/N) mientras que con su dedo índice apuntaba en mi pecho – No lo haremos.

Fruncí el ceño al verla con tanta determinación en su mirada, si la situación y la forma fuera diferente me habría enternecido verla enojada con manos en su cintura y su barriga anchada producto del embarazo, realmente parecía un pingüino.

Pero eso no era el caso, (T/N) estaba verdaderamente enojada y en contra a mis planes, apreté mis dientes con el ceño fruncido dejando un raro e incómodo silencio en el departamento.

– Esta bien, cálmate – Musite suspirando – Si te enojas le hará mal al pequeño James.

Bufando (T/N) se cruzó de brazos mientras se dejaba caer en el sillón, al instante masajeó su vientre con cierto recelo en su mirada – ¿Como se te ocurrió esa Idea?... Digo.

No podía negar que sentía decepción y rechazo ante su retunda respuesta, aun así. suspiré mientras me sentaba en el suelo frente a ella – Hoy – Murmuré dejando mis manos en mis rodillas abiertas – Perdón... No quise que te enojaras ni nada sol--

– No me enoje por eso Hajime – Su voz sonó en calma, lo que también me calmo a mí, ambos habíamos explotado en menos de un minuto al escuchar la idea del otro.

Ante el silencio mi mirada subió hasta su rostro, tenía el ceño fruncido, sus ojos se mantenían fijos en un punto del piso y su respiración estaba algo alterada, no obstante, trataba de calmarla o eso parecía.

Mi mente divagó unos segundos gracias al silencio, deseando que cambiara de idea.

( . . . ) 12:30.

– ¡Aquí!

– ¡Centro!

Mi dedo acaricio mi mejilla en un acto de concentración por el vídeo.

Vídeo en el cual Kageyama elevo el balón al escurridizo número diez del Karasuno, la pelota resonó dos veces con fuerza, una fue el intento de Oikawa por recibir detrás del bloqueo y el otro fue cuando chocó contra la pared del gran gimnasio.

Al igual que en la vida real, mi corazón se apretó al ver la jugada, mi mente repaso una y otra vez mis equivocaciones durante el partido torturándome con ellas, pero la verdad, era que por más que pensara y maldijera mis elecciones, no podía cambiar absolutamente nada.

El silbato del árbitro fue el causante de mi interrupción, así fue como terminó nuestro último partido del Seijō.

Salte levemente en mi escritorio al escuchar como la puerta era abierta.

– Oh, lo siento.

– Esta bien – Murmuré pausando el vídeo – Adelante ¿Qué pasa?

– Nada – Sonriendo (T/N) asintió con algo de nerviosismo en su cuerpo, abrió su boca un par de veces para agregar otra cosa, aunque siempre la volvía a cerrar – ¿Ese es un partido del Seijō? – Pregunto con una creciente curiosidad.

– Si... Es el último de hecho.

– ¿Karasuno VS Aoba Jōsai?... ¿Por qué?

Suspirando levante unas hojas que llevaba conmigo, en ellas estaban unos raros garabatos y palabras que seguramente solo yo entendía – Es parte de un ensayo... ¿Quieres verlo conmigo?

– Claro – (T/N) acerco la pequeña silla la cual estaba de más en el departamento y por ende la usaba de guardarropa – ¿Por qué este vídeo? – Se sentó a mi lado mientras veía con calma la pantalla frente a mí.

𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora