𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

N U E V E - Jane Smith.

( T / N ).

Solté un sonoro suspiro de aburrimiento al ver todos los apuntes y libros que estaban sobre la mesa, había adquirido la mala costumbre de dejar todo a última hora.

– Mierda, mierda – Rápidamente levanté mi rostro de un cuaderno al ver como Hajime pasaba de lado a lado por el departamento con su bolso en brazos y las sábanas marcadas en su rostro – Llego tarde – Murmuró con frustración.

– Hajime ¿Qué buscas?

– Esa – dijo mirando bajo el pequeño sillón – Cosa.... Roja. – Más desesperado que antes caminó a la cocina – Esa carpeta.... ¡La encontré! – Sonreí al verlo salir de la cocina, aunque ahora se veía tranquilo al encontrar su objeto – ¿Por qué estaba en el refrigerador?

En respuesta eleve los hombros – Te deje unas galletas para el camino – Escuchando nuevamente los pasos de Iwaizumi, volví mi mirada a las hojas frente a mi – Hoy tienes trabajo ¿no?

– Si... Creo que llegaré algo tarde. – Respondió yendo a la puerta principal y mientras se cambiaba de zapatos elevo su mirada en mi dirección – ¿Vas a salir con Haysey?

Rápidamente recordé la invitación de compras echa por mi amiga – Si, así es.

– Bien, cuídate y recuerda...

– Mantener alejado a James de Jack Jack – Interrumpí mirándolo – Eres un celoso.

A pesar de la distancia pude ver en su rostro un leve tono carmesí – Nos vemos – Murmuró saliendo rápidamente del departamento.

Al instante el silencio se apodero completamente del lugar, algo incomoda y como pude, caminé hasta el pequeño equipo del departamento. La verdad es que, si me costaba caminar, según Hajime parecía un pingüino enojado, yo más bien me veía como un gigantesco barril.

Sonreí al escuchar la lenta pero rítmica música sonar por lo bajo - Bien... Ahora a estudiar.

( . . . )

Mi cabeza y mano se movían al ritmo de la música, en algún momento fue inevitable cantar estrofas de la canción usando el lápiz como micrófono, aun así, pude terminar temprano mis deberes o eso pensaba.

– Supongo que está bien – Al instante una leve pero potente patadita se hizo presente – ¿También lo encuentras bien? – No respondió.

Al principio era raro y, hasta algún extremo incomodo, sentir como desde tu interior golpeaban tu estomago... Aunque luego de un tiempo esa sensación de extrañeza paso rápidamente hacer una de felicidad.

– No creo que Hajime te pueda leer hoy, James – Rápidamente sentir un golpe en respuesta – ¿Mm? ¿Leer? ¿Te gusta que te lean?

Nada, suspirando negué con la cabeza, por momento daba la sensación de no tenerlo, más de una ocasión tuve que palear mi barriga para que se moviera, Hajime era otro asustado. Con regularidad me pregunta si James daba señales de vida dentro de mi estómago.

– ¿James? ¿Hajime? – Otra patadita – Ya veo... Hajime. - Al parecer reaccionaba al nombre pues de después recibí otra fuerte patada. El lindo y tierno momento fue interrumpido por leves toques en la puerta.

Extrañada mire la hora, aún era muy temprano por lo que Haysey no era, y conociéndola de todas maneras llegaría unas horas atrasada, nuevamente los débiles toques en la puerta llegaron hasta mis oídos.

– Ya voy – Y tan rápido como mi cuerpo me lo permitía -que no era mucho- caminé hasta la puerta principal – Oh... Jane.

La nombrada frente a mi dio un leve salto del susto a la repentina puerta abriéndose. Llevaba el cabello en una tierna coleta baja, sus pecas se veían tiernas sobre sus mejillas, dándole ese tierno aspecto.