𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

C U A T R O - Síntomas.

( T / N ).

– ¿Estas mejor?

– Mátenme – Musité, al instante mi voz hizo eco en el retrete en el cual estaba agachada, las arcadas venían desde lo más profundo de mi estomago para terminar con un mal sabor en la boca.

– Ayuda que pienses en la ecografía de tu bebe – Murmuró Haysey tomando todo mi cabello en una colita alta. Creo que el cuarto cubículo del baño se había convertido en mi lugar más recurrente de toda la universidad.

Los días estaban pasando más lento de lo que hubiera querido, a pesar de eso ya estaba en mi cuarto mes de embarazo, lo que significaba que mi estomago estaba notoriamente hinchado tanto que ya debía cambiar mi ropa por una más suelta y holgada.

Había hablado con los directores de la universidad y para mi beneficio me habían dejado estudiar presencialmente hasta que mi estado me lo permita, igual era con el trabajo de mesera.

Suspire mientras me levantaba del lugar para llegar al lavamanos, mis piernas temblaron sintiendo ese leve calambre en ellas.

– ¿Se supone que aguantar cinco meses más de esto?

– No, en el cuarto o quinto se van.

– ¿En serio?

– Y ahí empieza la peor. – Afirmó mirándose en el gran espejo.

– ¿Peor que esto? – Murmuré enjuagando mi boca con agua y sacando mi pasta dental, el amargo sabor de vomito era aún peor – ¿Qué puede ser más malo que esto?

– Así es... Cambios de humor muy repentinos, ganas de matar y besar a todo, seguidos de desagradables antojos.... De hecho – Murmuró más para ella – Ya deberías estar con cambios de humor.

– ¿Cambios de humor? – Escupí el agua sintiendo mi boca más fresca y con un fuerte olor a menta, para luego volver a enjuagar mi boca – No tengo cambios de humor.

– Eso es lo otro – La sonrisa es su rostro hizo no podría traer nada bueno – Tú no sabes cuando los tienes.

– Bueno, según Hajime he estado bastante normal.

– Ya lo veras... Solo pido que Dios tenga conciencia del pobre Japones.

– Exagerada – Murmuré mientras salía del baño, al instante mi vista se fijó en Dawson el cual estaba recargado en la pared del frente manteniendo en sus brazos al juguetón hijo de Haysey. Hacia pequeñas morisquetas al pequeño sacándole una que otra sonrisa.

– Jack Jack – Grito mi amiga mientras tomaba a su hijo con una gran sonrisa. En cambio, Dawson me miró entre preocupado y ansioso.

– ¿(T/N) estas bien?

– Si, gracias Dawson – Sonreí mientras me acercaba más al grupito de chicos – ¿Que hacemos ah- – Y el fuerte olor a perfume inundó mi nariz – Asco – murmuré volviendo al baño.

( . . . )

– Dawson ya puedes acercarte, estoy bien – Hablé luego de llevar una cuchara de sopa a mi boca, mi paladar saboreó los exquisitos sabores que se formaban, dios tenía hambre, y la sopa de la cafetería era lo único que me permitía comer sin escupir todo.

– No, gracias – Informó sentado a unos metros de mi – Prefiero mantener mi dignidad bien.

– ¿Bien? Idiota te echas todo el frasco de perfume ¿Qué esperabas? – Haysey a mi lado bufo mientras le daba de amamantar a Jack.

Dramáticamente Dawson se llevó una mano a su pecho – Comprensión y cariño por mis dos amigas.

– No seas idiota – Protestó Haysey robando una galleta de avena a Dawson.