𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

U N O - Algo inesperado.

Antes de leer....

🌟 La mayoria de personajes no me pertenecen.

🌟 Este Fanfic hará Spoilers del manga Haikyuu.

🌟 Habrá faltas de ortografía.

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Miré con aburrimiento el cuaderno frente a mí, en él había un par de palabras escritas seguido de un esquema de varios colores para destacar entre ellos. Podía escuchar la voz de nuestra profesora, aunque no era más que un diminuto eco en el gran salón.

– Eh (T/N).

– ¿Mm? – Giré la cabeza encontrándome con Haysey.

La primera compañera con la que había hablado, era una mujer sumamente alegre y divertida. Cursaba el mismo año de Psicología, aunque fuera dos años mayor que yo. Su cabello negro y largo terminaba en el pequeño fleco de su frente haciendo relucir aquellos ojos ámbar.

– ¿Estas bien? – No entendí su pregunta y ella lo notó pues apuntó a su rostro aún con un semblante de preocupación – Estas muy pálida ¿Dormiste bien?

– Si, presta atención – Murmuré volviendo mi vista al frente donde la profesora seguía dando una explicación.

Estaba cursando mi primer año en la facultad de Psicología en la universidad de La Florida, California. Había llegado hace poco al país y usaba un departamento a solo unas cuadras de aquí. Mi mente divagó unos minutos, extrañamente me sucedía a menudo, más con un tema en específico.

Unos meses han pasado desde que Oikawa se fue a Argentina, quizás dos meses y tantos días. Se fue sin decir una palabra, ni a mí, ni a Hajime el cual quedó igual de sorprendido que yo. Intentar comunicarse con él fue difícil y, tras muchos intentos por fin me di por vencida.

Luego de eso y gracias a Nanami, Futaba e Iwaizumi tomé valor suficiente para viajar a Estados Unidos, tomando mi beca universitaria, aunque claro Hajime también se había venido conmigo e incluso compartíamos el departamento.

– Bien – Se escuchó la firme pero amable voz de nuestra profesora – Se acabó el tiempo, recuerden hacer la tesis que tendrá el veinticinco por cierto de su nota final. Si tienen dudas hagan fila afuera del salón.

Susurros de afirmación y quejas se escucharon por todo el gran salón, mientras la mayoría se levantaba arrastrando la silla, incluyéndome.

– ¿Vamos a la cafetería? – Preguntó Haysey a mi lado con una gran sonrisa en su rostro – Tengo hambre.

– Siempre tienes hambre – Hable con una leve sonrisa, pero mi estomago gruñó en modo de protesta compartiendo su idea.

– Tú estómago me dice que estas hambrienta – Bufé maldiciendo por lo bajo mientras ambas salíamos del salón.

– ¡Ah! ¡Dawson! – Gritó Haysey a mi lado y sin perder tiempo corrió unos metros hasta llegar al nombrado, mi vista se fijó en las dos figuras delante de mí. Haysey ignoró a su amigo, para rápidamente tomar a su pequeño hijo entre sus brazos y abrazarlo con fervor.

– Un gracias no vendría mal ¿No?

– Ay, no te quejes.

Dawson y ella eran amigos desde pequeños, ambos entraron a la misma universidad en diferentes años, pues como dije Haysey tuvo un hijo el cual le retraso algunos años de estudio. Dawson era un chico alto con buenos rasgos, tenía una linda cabellera rubia casi ondulada junto a unos ojos azules que cautivaban a cualquiera, "Un digno gringo" como le gustaba decir a Haysey.