𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

V E I N T I O N U - Nueva amiga.

James: 4 años.

H A J I M E.

– ¡Papiii!

– Ya voy pequeño – Hablé con suma rapidez mientras tomaba las carpetas de mi escritorio, pegué unas tres hojeadas para saber si aquello era lo que necesitaba.

Al salir de mi pieza me encontré con James ya vestido y con su mochilita de Spiderman sobre sus hombros, su cabello estaba echo un desastre y un poco de pasta de dientes caía sobre su camisa.

– Pequeño ve a cambiarte, esa ropa esta sucia.

– Llegamo tade.

– Mamá me mata si sabe que te fuiste así, ve a ponerte la camisa negra ¿Sí? – Antes que pudiera seguir hablando mi teléfono sonó en modo de llamada.

Conteste mientras veía como James desaparecía en su habitación compartida, hoy era su primer día de clases en el prekinder y estaba sumamente feliz, llevaba hablando casi dos semanas sobre este día y por la universidad (T/N) no tenía el tiempo para asistir.

– ¿Hajime? – Pregunto una adormilada voz desde el otro lado – ¿Tú no duermes?

Bufé colocándome con rapidez un abrigo – Anna ¿Hoy estas ocupada?

– Tengo libre.

– Perfecto – Musité guardando otras cosas en mi bolso, rápidamente miré la hora sabiendo que llegaríamos por lo menos veinte minutos tarde – ¿Me puedes hacer un favor?

Anna era la capitana del equipo femenino de voleibol, la verdad no hablaba mucho con ellas pues mi trabajo por el momento se debía a otra sección.

– Dime.

– La próxima semana jugaran contra Canadá ¿Me equivoco? – Escuche un rotundo "No" como respuesta – ¿Puedes buscar algunos videos del equipo y mandarlos? Los necesito para ver algunas jugadas.

– Papiii ¡listo!

– Bien pequeño ponte los zapatos – Hable tomando el bolso mientras me dirigía a la puerta principal – ¿Dónde están tus zapatos?

– Tengo algunos vídeos, te los envió en un rato.

– Eres genial, nos vemos en un rato.

– Lo sé... Saludos a tu novia.

– Saludos a la tuya – Respondí colgando al fin la llamada, bueno al menos una cosa menos de lo cual preocuparme.

– Papi no encuento mi tapatias.

– ¿No? ¿Y debajo de tu cama?

– No – Respondió dando pequeños saltitos de emoción – Vamo a llega tade.

– Lo sé, lo siento – Con cuidado ordené algunos mechones que caían sobre su rostro – Déjame ver – Pedí yendo a la habitación, todo el departamento estaba en un desorden descomunal, claro (T/N) se había ido muy temprano y yo no tenía oportunidad de ordenar.

Aparté un par de prendas tiradas sobre el suelo para ver bajo la cama, nada.

– ¿Y? – Pregunto James desde el marco de la puerta.

– Nada ¿Viste en la cocina?

– Si ¿Llamo a mami?

– No, no llames a mamá – Respondí recordando los exámenes que tenía el día de hoy, tanto ella como yo estábamos algo ocupados de tiempo – Sigamos buscando.