𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendo

T R E I N T A I O C H O - Embarazo.

James - Doce años.

H A J I M E.

- ¿Que es? - Pregunté con desesperación.

La sala del hospital tenía ese extraño olor a limpio, en el tiempo mi rariz ya se  había acostumbrado y sin querer asociaba al embarazo con ese olor, sin olvidar que últimamente los vomitos se hacían más frecuentes.

- ¿Ven eso de aquí?

Apreté los dientes negando rápidamente, (T/N) río en la camilla mientras tenía mi mano tomada con fuerza.

Ya estaba en su quinto mes de embarazo, su vientre y sus pechos se notaba más hinchados y los antojos estaban siendo más frecuentes.

- No, no lo veo... Ya digame - Me quejé.

- Hajime calma.

- Es una niña.

La sala se lleno de un silencio total, sin querer inflé mi pecho de orgullo aunque no quería celebrar antes de tiempo.

- ¿Es verdad? No bromee.

- ¿Por qué iba a bromear con algo así? - (T/N) no decía palabra alguna y la matrona mostraba una linda sonrisa en su rostro.

- ¿Es una niña? ¡De verdad! - Repentinamente me acerqué a la pantalla - ¿Donde? - No podía ver más que negro y gris en ella, igual a James aunque en ese momento estaba más calmado - ¿Donde, donde, donde, donde? Es una niña.

- Es una niña.

- ¿Una niña?

- Una niña.

- ¡Una niña! ¡(T/N) una niña! - Volví mi mirada donde ella, (T/N)) se mantenía mirando la pantalla en sus ojos con un hermoso brillo - ¡Dios una niña! - Rápidamente bese repentinamente su rostro, me parecia tan malditamente bella.

- O-Oye.

- ¡Eres la mejor!

- Sabes que no hice el trabajado sola ¿No?

- ¿Quieren las ecografías? - Rápidamente (T/N) se separo de mi negando con la cabeza aunque fui más rápido en quitarle las pequeñas imágenes de la mano a la enfermera.

- Maldición - Susurró mi esposa.

- Una niña - Murmuré.

(............)

- ¿Como les fue?

- No preguntes - Maldijo (T/N) por lo bajo.

- ¡Es una niña!

Oikawa lanzó su teléfono al aire mientras se enderezava sobre el sillón - ¿Qué? ¿Una niña?

- ¡Una niña! ¡Tendremos una niña!

Repentinamente me vi envuelto entro los brazos de mi mejor amigo, no podía evitar la felicidad de mi cuerpo, esperaba que estos cuatro meses pasaran de forma rapida.