D I E C I S É I S - Carta.

1.6K 231 134
                                    

James: Un año y un mes.

H A J I M E.

– Me siguen mirando ¿Por qué me miran?

Miando.

– Así es... Mirando.

Desvié la vista hacía dos enfermeras las cuales murmuraban entre si con una notoria sonrisa en sus labios mientras me miraban y apuntaban.

– ¿Siguen mirando? – Preguntó (T/N) de rodillas al piso con James entre sus brazos, claramente se veía divertida por la situación.

– Miano, papi miando.

– Vamos James, da unos pasitos. Puedes llegar a mí.

Como dije anteriormente (T/N) estaba de rodillas al suelo junto a James, el pequeño apretaba fuertemente su dedo mientras daba uno que otro pasito, de esos endebles más parecidos a un borracho caminando.

Takashi ya tenía un año, sabía permanecer de pie apoyado en algo, aun no podía caminar por cuenta propia por lo que (T/N) y yo nos turnábamos para ayudar.

Camina brmm brmm.

– Ese es un auto pequeño renacuajo.

– Ato brmm.

Sonreí ante la linda imagen, aunque el pequeño seguía con sus cambios de sueño (T/N) se veía más feliz últimamente, la sonrisa que por un momento había desaparecido volvió en su rostro y no podía estas más alegre de eso.

-- Mami brrmm.

Unas leves risas se escucharon por la bajo, levanté la vista viendo a tres enfermeras más frente a mi increíble, se multiplicaban. James era pequeño, pero seguía teniendo controles cada tanto y confiábamos en el mismo pediatra en el hospital de siempre.

– Me siguen mirando.

– Creo saber por qué.

– ¿Entonces?

– Ah.. Bien James ya me dolió la espalda – con un pequeño quejido (T/N) se levantó del blanco suelo mientras, en el proceso levantaba a nuestro hijo.

Una vez levantada se dejó caer en el asiento a mi lado.

– Oh, si... Te siguen mirando.

Papi, papi – Con ambos brazos al aire James mi hizo una clara señal pidiendo que lo tomara – Upa.

– Bien – susurré en respuesta tomándolo entre mis brazos – ¿Entonces? ¿Me siguen mirando? – Pregunte sin apartar la mirada de los hinchados cachetes de James.

– Si, te siguen mirando... – una clara sonrisa se formó en su rostro – Ahora son cinco.

– ¿Que ven? No me gusta que me miren, esto en Japón es una falta de respeto.

– Estoy segura que en cualquier país es una falta de respeto que te miren así.

Al parecer el pequeño entre mis brazos se dio cuenta de mi situación, pues miró a las enfermeras al instante en que fruncía el ceño de una manera retadora.

– James ¿Qué--

No me dejó terminar de hablar, pues rápidamente y con ayuda de mi cara, el pequeño se puso de pie sobre mis muslos, aun mirando a las enfermeras y con su ceño fruncido abrazó mi cabeza

¡Papi mio! No mien, papi mio, mio.

Unos que otros "Awww" y risas salieron de las personas más cercanas, las enfermeras al verse descubiertas se fueron rápidamente con un notorio sonrojo y risa en sus labios.

𝘗𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘋𝘪𝘷𝘢𝘬𝘢𝘸𝘢 - 𝘏𝘢𝘫𝘪𝘮𝘦 𝘐𝘸𝘢𝘪𝘻𝘶𝘮𝘪 | corrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora