Perro que ladra.

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—Tenemos a un miembro de la Orden— el Señor Oscuro miro a Alexandria.

—Si mi Lord, Emmeline Vance— Él asintió, esperando más información— no quiere cooperar, pero solo es cuestión de tiempo, le doy una semana antes de que haga cualquier cosa con tal de que no la interrogue más— una tétrica mueca de sonrisa cruzo el rostro de Él.

—tu sadismo es admirable.

—Es un honor servir a la causa, Mi Lord.

—Sobre tu misión, Draco ira con Narcissa al callejón Diagón mañana— vio la confusión en la cara de algunos mortífagos, pero solo asintió ante la orden.

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—¿Narcissa?— Alexandria se acercó a la mujer. Nunca había estado en aquella habitación, era como una pequeña sala de estar. Bueno, pequeña a lo que era la sala de la mansión.

—Pasa— las paredes eran de un color crema, con un suave empapelado de flores.

—No sabía de este lugar— Narcissa esbozó una triste sonrisa.

—Esta es el hogar de los Malfoy hace generaciones, cuando me case, Lucius quiso que yo tuviera un lugar donde pudiese seguir siendo Narcissa Black, un lugar solo para mí.

—Entonces será mejor que me vaya— Narcissa la miró fijamente, quería saber quién era aquella chica, averiguar algo más.

—Puedes quedarte, a veces es bueno tener la compañía de otra mujer, esta Bellatrix, pero ella...— rodó los ojos, haciendo que Alexandria sonriera de lado.

—Admita que su hermana está loca.

—No todos saben que es mi hermana, ¿te lo comento Draco?— la vio tensarse nerviosa— sé lo que hay entre ustedes, creo saberlo al menos— Alexandria se sentó frente a ella.

—No sé qué piensas que hay, pero no hay nada— la fulminó con la mirada.

—Me crié con Bellatrix, eso de las miradas amenazantes no funciona conmigo, toma un poco de té— suspiró con molestia y tomo una de las finas tacitas de té.

—¿Qué vas a pedirme a cambio de no decir nada?— exigió.

—Estamos hablando de mi hijo, yo no haría nada para dañarlo. Y tampoco voy a permitir que tú lo dañes.

—No estoy interesada en dañar a Draco y tampoco en casarme con él o lo que sea que te imagines, ambos estamos solos.

—Draco no está solo, él tiene una familia— la tristeza inundo los ojos de la chica.

—Él con familia, yo sin familia, pero los dos estamos en la misma situación ¿Qué diferencia hace?

—¿No tienes familia? — había tantas cosas que quería entender sobre ella y no podía.

—No pienso hablar de eso. — Narcissa asintió lentamente.

—¿De qué te gustaría hablar? — Alexandria alzo una ceja— Solo quiero ser amable— agregó.

— Podemos hablar de la misión, de Hogwarts, de la esquizofrenia de su hermana— al ver que Narcissa se entristecía ante la mención de la misión, esbozo una pequeña sonrisa— o podría mostrarme fotografías de Draco a los dos años en la bañera, eso suele gustarles a las mamás, al menos eso creo.

—¿Sabes que Draco se enfadaría de muerte si lo hiciera? — Alexandria sonrió sin poder evitarlo.

—Probablemente lo haría.

Amor en tiempos de mortífagos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora