56. Otra época

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Habría caído como un venado recién nacido dando sus primeros pasos si no fuera por el faro de la oscura calle en la que apareció

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Habría caído como un venado recién nacido dando sus primeros pasos si no fuera por el faro de la oscura calle en la que apareció. Abrió el casco, desesperada por respirar cómodamente. El viaje por el reino cuántico había sido más agitado de lo que esperaba.

Una vez recuperada, se enderezó y miró su alrededor. La calle estaba inusualmente vacía, pero a lo lejos pudo ver un mar de gente reuniéndose alrededor de algo. Y no era sólo algo, era una clase de evento con luces y música.

Tenía que ser rápida. Steve la había mandado a esa fecha y lugar por alguna razón. Comenzó a andar, hasta que se detuvo abruptamente al pasar junto a una panadería cerrada. Su reflejo en el vitral le recordó que usaba el traje cuántico. Tenía que averiguar dónde estaba para saber cómo vestirse. Buscó a su alrededor, y finalmente encontró la pista que necesitaba.

EXPOSICIÓN MUNDIAL DEL MAÑANA. 1943.

El titular del periódico sobre la fotografía del representativo logo de las Exposiciones de Industrias Stark le aceleró el corazón. Estaba en 1943, en el día de la feria donde Steve había sido descubierto para convertirse en el primer súper soldado. Conocía la historia, después de haber ido al museo con Bucky. Él tenía que estar ahí.

Viéndose en la ventana del local, cambió el traje cuántico por lo primero que se le vino a la mente de acuerdo a la época. El conocido atuendo y peinado de Allie Hamilton, del Diario de una Pasión, en la escena del lago. Deslavó el púrpura de su cabello, retomando en su lugar el natural tono platinado.

Desde ese momento, dejó de perder el tiempo. Conforme se adentró a la feria y se mezcló con la gente, la música, las risas y las voces se volvían más fuertes. No le tomó importancia a los empujones, menos a los hombres en intentos de llamar su atención. Lo único que le importaba era encontrarlo, y no sabía cuánto tiempo le quedaba. Necesitaba verlo... aunque fuera una vez, aunque fuera a la distancia.

Pegó un respingo cuando, a diferencia de las veces anteriores, chocó de cuerpo completo contra alguien que venía en diferente dirección que ella. Su excelente equilibrio le impidió tambalearse o estar a punto de caer, pero eso no detuvo al soldado de sostenerla como a una escultura de cristal.

—Lo siento —balbuceó, recomponiéndose.

—No hay cuidado, muñeca.

Levantó la mirada tan rápido que le dolió el cuello. Había pasado cinco años sin escuchar esa voz, y acababa de confirmar que seguiría reconociéndola donde fuera.

Soldat.

Bucky frunció ligeramente el ceño, ladeando la cabeza.

Tengo que hacer que se corte el pelo y la barba, pensó perpleja, admirando lo guapo que se veía en su uniforme de sargento.

—Sargento James Barnes a sus órdenes, señorita.

Astlyr sonrió, despertando de su corta ensoñación, lo miró a los ojos, e hizo lo que por tantas noches anheló volver a sentir. Lo agarró por el nudo de la corbata y lo jaló hacia ella mientras se ponía de puntas, y estampó sus labios sobre los suyos.

COPIER [BARNES] LEAGUE OF HEROINES ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora