Dejó su celular de lado y lo conectó al cargador, que ya siempre estaba colocado en el conector de la cocina. Siguió esperando a Bucky, y se preguntó si sería mejor empezar a hacer el almuerzo, pero terminó decidiendo que lo esperaría. Suspiró pesadamente.
—Ahora sé cuánto se aburre cuando está aquí solo —bisbiseó para ella misma.
Entonces, la puerta se sacudió un poco. Se tensó inmediatamente, preparada para lo peor, y sólo se relajó hasta que vio a Bucky entrar con un par de bolsas de comida en la mano.
—Llegaste antes —notó, cerrando la puerta con la mano libre y cerrando con llave.
—Sí. De hecho, creí que llegaría tarde, hasta que vi que no estabas. ¿Fuiste por comida? —preguntó, estirándose para mirar dentro de las bolsas que Bucky dejó sobre la barra.
—Sí, pero no sabía qué te gustaba... así que traje variedad.
El corazón de Astlyr estuvo a punto de derretirse, pero contuvo sus emociones y sonrió con agradecimiento.
—No hay problema. Mientras no hayas traído hígado o algo parecido, cualquier cosa estará bien.
Ayudó a sacar todo mientras él tomaba platos y cubiertos. Hizo de la barra todo un buffet con el montón de empaques abiertos y Bucky le entregó su plato para que empezara a servirse. Ambos tomaron todo lo que les apeteció y fueron al comedor.
—¿Cómo te fue?
—Bien —respondió, tomando los palillos chinos para comer el arroz que Bucky había comprado. Él la miró curioso: ¿cómo podía comer un montón de diminutos granos de arroz con dos simples palitos de madera?—. Stark fue muy amable. Es simpático, aunque un poco engreído. Me agradó.
—Entonces, no me extraña que te haya agradado —se burló, soltando un bufido con una sonrisa abierta.
Astlyr le regaló una sonrisa socarrona.
—¿Así que crees que soy simpática?
Bucky rodó los ojos, pero su mirada no perdió la chispa de burla.
—Lo decía por la parte de engreído.
—Pero no niegas que soy simpática —dijo orgullosa, volviendo a llevarse los palillos con un montón de arroz a la boca—. ¿Qué?
—¿Cómo haces eso?
—¿Qué? ¿Enamorarte?
Bucky ocultó su vergüenza y señaló los palillos para desviar la atención de su sonrojo.
—Comer con esos palos.
—Ah. Es fácil. Mira, toma éstos —le tendió un sobrecito con otro par de palillos nuevos—. Sácalos, rómpelos. No, ¡así no! —rió. Tomó otro sobre con palillos y los rompió ella— Así, ¿ves? Ahora, agárralos de esta forma. Júntalos. Exacto. Crúzalos y ahora intenta tomar un brócoli, para que sea más fácil. ¡Sí, así! Ahora, no lo sueltes y cómelo.
Bucky hizo caso a todo lo que Astlyr le dijo. Después de todo, había descubierto recientemente que ella nunca se equivocaba.
—Bien, otro día te enseñaré a comer pizza al estilo neoyorquino y sabrás comer toda la comida rápida del siglo XXI en América.
Bucky siguió comiendo con los palillos para agarrar práctica. De vez en cuando olvidaba cómo hacerlo y miraba las manos de Astlyr para imitarla. No obstante, pronto se distrajo con lo delicadas que eran sus manos. Él estaba lleno de cicatrices, callos y ampollas por los golpes y el ejercicio. En cambio, ella tenía una piel perfecta y brillante como perla, igual a una muñeca.
—¿Quieres agua? —invitó, mientras se levantaba para ir por un vaso.
Bucky asintió con la cabeza mientras terminaba su segundo plato de comida china. Ella volvió a sentarse frente a él con los vasos en mano. Tomó un trago y soltó lo que traía entre los dedos. Él vio curioso lo que había en esos sobrecitos.
—Son galletas de la fortuna. Son ricas, pero lo divertido son los mensajes que tienen adentro. Abre una.
Cada uno tomó una galleta y la rompió antes de morderla y saborearle. No estaban mal.
—¿Qué dice la tuya?
Bucky había ignorado el papelito. Lo tomó entre sus dedos, lo estiró y leyó en voz alta:
—Las respuestas que buscas no están ahí afuera, sino dentro de ti.
Astlyr rió al ver su expresión de sorpresa.
—Tranquilo, prácticamente es suerte que te toque un mensaje que vaya acorde a tu situación. A veces vienen cosas muy tontas.
—Bueno. ¿Qué dice la tuya?
Ella bajó la mirada y entrecerró los ojos al leer.
—El amor está más cerca de lo que crees. ¡Bueno! Pues mi príncipe ya se está tardando, ¿no crees? —le sonrió con coquetería, haciendo sus cejas bailar de arriba abajo al mismo tiempo en que se llevó un trozo de la galleta a la boca.
Bucky fingió no haber captado la indirecta y tomó un sorbo de agua. Desde eso, ninguno volvió a decir nada, ni siquiera cuando se pusieron a recoger el comedor y la cocina, lavando y guardando todo en su lugar. Un rato después, el celular de Astlyr rompió el silencio, alertando a Bucky por el pitido de un mensaje. Con eso, pudo ver que el fondo de la pantalla era Elvis Presley, Burning Love.
Astlyr dejó el trapo con el que secaba los vasos y leyó el mensaje de Clint antes de contestarlo.
—¿Quién es ése?
Astlyr giró a ver su celular y sonrió al ver la imagen que tenía como fondo de pantalla bloqueada. Sólo era Elvis Presley con una sonrisa seductora y ojos coquetos, tocando su guitarra.
—Con el que desearía compartir un sándwich de mermelada y mantequilla de maní. ¡Oye, tal vez él sea ese amor del que hablaba la galleta! —sonrió con ojos brillosos de falsa emoción.
Bucky la vio con una expresión confusa y molesta.
—Yo puedo comer un sándwich de mermelada y mantequilla de maní.
Pero Astlyr ya se había volteado para seguir lavando los platos y vasos y no pudo escucharlo.
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COPIER [BARNES] LEAGUE OF HEROINES ¹
Fanfic❝ Bucky era un huracán, y a Astlyr le encantaban los desastres ❞ UNIVERSO CINEMATOGRÁFICO DE MARVEL. LIGA DE HEROÍNAS. CELESTE STONE. © 2021. #1 BUCKYBARNES [30/11/18] #1 SOLDADODELINVIERNO [27/11/18] #1 WINTERSOLDIER [29/07/19] #1 MARVEL [04/09/19]...