2. SHIELD

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—Este hombre rechazó un Premio Nobel de la Paz —dijo Fury, sentado mientras miraba una fotografía de Alexander Pierce con sus datos en ella. Los demás lo miraban y lo escuchaban, en silencio—. Dijo que la paz no era un logro, sino una responsabilidad —añadió, tirando la fotografía a la mesa con frustración— ¿Ven? Cosas como esta me generan problemas de confianza.

Astlyr miró la fotografía con atención, dándose cuenta de que (a pesar de haber ido al Triskelion en muchas ocasiones) nunca conoció a su jefe, Alexander Pierce.

—Hay que detener el lanzamiento —planeó Natasha.

—No creo que el Consejo me responda el teléfono —dijo Fury, sarcástico, antes de abrir un maletín que dentro guardaba lo que parecían ser unas tarjetas.

—¿Qué es eso? —preguntó Sam, estirando su cabeza para alcanzar a verlas mejor.

—Cuando los helicarriers alcancen los 900 metros, triangularán con los satélites del Proyecto —explicó el plan de Pierce, mostrándolo de forma más gráfica en la computadora— y serán armas.

Mientras la computadora mostraba a mayor profundidad el interior de los helicarriers y dónde se deberían poner las tarjetas, Nick explicó:

—Intercepten esos helicarriers y remplacen sus objetivos con los nuestros insertados en estos servidores.

—No puede ser uno solo —añadió Hill—, debemos interceptar a los tres, porque si una de esas naves sigue funcionando, muchas personas morirán.

—Debemos suponer que los que están a bordo son de HYDRA. Deben pasarlos, insertar los servidores y tal vez podamos salvar lo que queda.

—De ninguna forma —exclamó Steve, provocando que Astlyr lo mirara sorprendida por su interrupción y negación—. No sólo desmantelaremos los helicarriers. Desmantelaremos SHIELD.

—SHIELD no tiene nada...

—Tú me asignaste esta misión —lo interrumpió Steve—. Así termina. SHIELD no es confiable. Tú mismo lo dijiste. HYDRA creció bajo tus narices y nadie se dio cuenta.

HYDRA, Astlyr saboreó la palabra en su cabeza. Escuchó de esa organización alguna vez, pero nunca lo suficiente, porque decían que se extinguió junto con la Segunda Guerra Mundial, y se preguntó qué tanto mal habría hecho al mundo sin que SHIELD se hubiera dado cuenta.

—¿Por qué crees que estamos en esta cueva? Yo me di cuenta —se defendió Fury.

—¿Cuántos tuvieron que pagar antes?

—Yo no sabía nada sobre Barnes.

—Si hubieses sabido, ¿me hubieras dicho? —preguntó, alzándole ambas cejas, conociendo la respuesta— SHIELD. HYDRA. Todo desaparecerá.

Hubo un largo momento de incómodo silencio, hasta que Astlyr levantó la mirada de la fotografía de Alexander Pierce, llamando la atención de todos los presentes, especialmente de Fury, a quien Astlyr miraba fijamente.

—Director... Tiene razón.

Fury dejó de mirarla para fijarse en Sam Wilson.

—No me mires a mí —dijo Sam, cruzado de brazos—. Yo hago lo mismo que él, pero más lento.

—Bueno —suspiró, recargándose en su asiento—. Parece que ahora usted da las órdenes, Capitán.

Steve miró a los presentes, esperando una aprobación que le indicara que todos seguirían su plan. Natasha sólo necesitó mirarlo con una sonrisa casi imperceptible en sus ojos y un asentimiento de cabeza por parte de Sam.

COPIER [BARNES] LEAGUE OF HEROINES ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora