51. Esperanza

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—Así que

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—Así que... yo, la otra noche, tuve una cita.

Cita. Astlyr formó una mueca, sin darse cuenta, ante el recuerdo. Había esperado que fuera aburrida, o un desastre, pero en realidad se la había pasado bien. Simplemente... nunca iba a funcionar. Lo sabía, no necesitaba tiempo para pensarlo. Jesse había sido su primera cita en cuatro años, y desde aquella noche ya había pasado otro año.

—La primera en cinco años —continuó Joe Russo, uno de los que asistían regularmente al grupo de apoyo de Steve—. Estábamos en la cena y... Ni siquiera sabía de qué hablar.

—¿Y de qué sí hablaron? —preguntó Steve, animándolo a seguir.

Joe suspiró.

—De lo mismo de siempre. Cómo cambiaron las cosas. Mi trabajo. Su trabajo. De cuánto extrañamos a los Mets.

Astlyr se removió en su lugar, sintiéndose culpable. Jesse se había cerciorado de no tocar aquel tema, realmente era un buen chico. Se preguntó dónde estaría ahora. No había vuelto a pensar en él desde esa noche. Se tocó los labios con dolor. Se estremeció al recordar el montón de culpa que llevó durante las semanas siguientes a esa cita por aquel beso. Aunque Bucky ya no estaba, sentía que lo había traicionado.

—Y nos quedamos en silencio —siguió—. Entonces, él lloró mientras servían las ensaladas.

—¿Y tú? —preguntó Jim Starlin, un hombre calvo y con gafas.

Joe entrecerró los ojos y asintió levemente con la cabeza, tratando de hacer memoria.

—Lloré... justo antes del postre. Pero lo veré mañana, así que...

Astlyr apretó las manos juntas. Se sentía feliz por Joe, orgullosa de que siguiera adelante..., pero también celosa. ¿Es que todos podían avanzar? ¿Por qué ella no? ¿Por qué, después de cinco años, seguía sintiéndose estancada?

—Eso es genial —felicitó Steve—. Hiciste lo más difícil: probar algo nuevo. No sabías cómo iba a resultar. Y de eso se trata. Esos pequeños y valientes pasos que debemos dar para tratar de recomponernos, para tratar de hallar un propósito.

Un propósito, pensó Astlyr, levantando la mirada con curiosidad. Tal vez esa era la clave. Necesitaba un propósito... al menos para distraer su dolor, suprimir los recuerdos.

—Me congelaron en mil novecientos cuarenta y cinco, justo después de conocer al amor de mi vida. Desperté setenta años después —se encogió de hombros, con una media sonrisa entristecida—. Debes seguir adelante —concluyó, perdiendo la sonrisa. Pausó por un momento, Astlyr adivinó que por el recuerdo de su amada Peggy—. Debes seguir adelante. El mundo está en nuestras manos. Depende de nosotros. Y debemos hacer algo con él. De lo contrario... Thanos debería habernos matado a todos.

—Como si tuviera tanta suerte —bisbiseó para sí misma.

Desaparecer con él habría sido mucho más fácil.

COPIER [BARNES] LEAGUE OF HEROINES ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora