Astlyr estaba segura de que era un sueño en un noventa y nueve por ciento. Las razones de esa certeza casi absoluta eran, en primer lugar, que permanecía en pie frente al lavamanos de una cocina que desconocía. Estaba dentro de una casa con aspecto de los años cuarenta y usaba un vestido blanco de la misma época. Sobre el lavamanos había una ventana que daba vista a un gran y hermoso jardín con una azulada y refrescante piscina.
En segundo lugar, vio a su esposo, Bucky Barnes, vestido con un traje de soldado, sentado en el desayunador mientras sostenía en alto una taza de café y el periódico en la otra mano. Eso, sin duda, ofrecía una seria evidencia a favor de la teoría del sueño.
—Tengo que irme —le dijo, dejando la taza sobre el pequeño plato. Dobló el diario a la vez en que se levantaba del banco—. Se me hace tarde.
—Pero, James...
Bucky no pareció haberla escuchado, y ella no encontró su voz para pedirle que no se fuera, que no la dejara sola.
—Se me hace tarde, muñeca.
Se acomodó un sombrero militar que Astlyr no le había visto antes, y salió por la puerta con calma, sin mirar atrás. Quiso gritar, la desesperación por llamar su nombre le quemó en el pecho. Ni siquiera podía moverse para ir tras él. Estuvo a punto de hiperventilar por el pánico cuando vio la puerta de la entrada cerrarse, y una dulce e inocente voz la llamó como un eco.
Por fin recuperó el control para moverse, pero sólo para girarse sobre su propio eje y volver a mirar a través de la ventana que daba a la piscina. Al principio fue como un pequeño borrón, una mancha, pero poco a poco la imagen se fue aclarando y distinguió lo que era.
Una niña, probablemente de tres a cuatro años, estaba caminando por el borde de la alberca, tratando de atrapar una mariposa café con franjas anaranjadas y manchas blancas. El nombre de Jamie Francine brotó a su mente. Ése debía ser el nombre de la pequeña, pero ¿quién era?
Cuando la mariposa salió volando demasiado alto, la niña dirigió sus ojos fijamente hacia ella, y Astlyr pudo apreciar sus rasgos. Tenía el cabello platinado recogido en un pequeño moño, grandes ojos grises y piel pálida.
Jamie agitó su manita carnosa, saludándola. Sonrió de una forma tan arrebatadora que hizo que su corazón se desbocase y pareciera a punto de estallar dentro de su pecho. Quiso correr a ella y estrecharla en sus brazos, pero no podía moverse, y se conformó con la felicidad de verla.
Entonces, uno de sus pequeños pies trastabilló, llevándola a resbalarse y caer de espaldas sobre las profundas aguas azuladas de la piscina.
Astlyr gritó, su garganta ardiendo por el esfuerzo. Golpeó la ventana, tratando de romperla, pero parecía hecha de plástico y no de vidrio. Vio los grandes ventanales abiertos frente al comedor, pero sus pies no respondieron a sus deseos. Siguió gritando, hasta que el agua perdió toda vibración. La desesperación y el miedo no la abandonaron aún cuando supo que la bebé ya se había ahogado.
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COPIER [BARNES] LEAGUE OF HEROINES ¹
Fanfic❝ Bucky era un huracán, y a Astlyr le encantaban los desastres ❞ UNIVERSO CINEMATOGRÁFICO DE MARVEL. LIGA DE HEROÍNAS. CELESTE STONE. © 2021. #1 BUCKYBARNES [30/11/18] #1 SOLDADODELINVIERNO [27/11/18] #1 WINTERSOLDIER [29/07/19] #1 MARVEL [04/09/19]...