Al volver a la ciudad de Eruka, todos tomaron distintos caminos. Tabernas, prostíbulos, hospitales, etc. La mayoría de los guerreros estaban de fiesta por su nueva victoria. Todos, menos El lobo.
- ¿Vienes? -Preguntó Henry con una mujer en cada brazo -Anda, puedo prestarte una y luego cambiamos -Sonrió.
-Estoy cansado. Me voy a mi cuarto.
-Anda, podrías divertirte. Vamos chicas, háganlo cambiar de opinión -Les dio un empujón, y estas se pegaron a William y comenzaron a suplicarle con voces seductoras.
William las miró con asco, y las apartó de su lado con otro empujón.
-Te he dicho muchas veces que no quiero tomar a una ramera.
-Vaya hijo estúpido el que tengo. A pesar de todo lo que ha vivido, sigue creyendo en el amor -Él y las mujeres se echaron a reír. William dio vuelta los ojos, y los dejó solos mientras caminaba a su cuarto.
Al llegar, dejó caer las cosas que traía, y se recostó sobre su cama hecha con un costal de paja, y soltó un largo suspiro hasta quedarse sin aire.
Dormitó un momento, y luego sintió un pequeño bulto en su bolsillo. Sacó la pequeña bolsa hecha con un pañuelo blanco con unas manchas rojizas.
-Están buenas... -Dijo luego de comer. -Sara... -Permaneció mirando el pañuelo.
Decidió ir a darse un baño para quitarse el sudor, tierra, y las manchas de sangre de su cuerpo y ropa. Mientras el agua corría por su cuerpo, sacó la cuenta de todos los hombres que asesino en la guerrilla.
-Dieciséis... -Dijo al cabo de un rato. -Y él veintiocho... -Contó los de su padre. -Y contando los de antes de la guerrilla, veinte. -Contó a aquellos que había asesinado durante el entrenamiento. -Algún día serás uno más de mi lista.
Escuchó un estruendo proveniente de su cuarto. Y rápidamente lo asimiló a que su padre había vuelto de su servicio con las prostitutas y completamente borracho, como era de costumbre.
Al volver, vio al Perro tendido sobre su cama, riendo, con la camisa completamente abierta, jugando con el pañuelo de la joven.
- ¿Y esto? -Preguntó entre carcajadas -No me digas que te lo dio esa muchacha de la tarde... -Abanicó el pañuelo.
-Lárgate a tu cama... -Le dijo acercándose para quitarle el pañuelo -Apestas y te ves como un montón de mierda...
-Cuidado, mocoso. -Advirtió intentando sentarse -Me debes respeto. Porque yo hice de ti lo que eres ahora -William lanzó una risa amargada.
- ¿Y esperas que te lo agradezca? No me jodas -Lo levantó y le lanzó a su cama.
-Lo que a ti te falta... Es un buen rato con una mujer de bueeenas curvas...
-Ya duérmete. Estoy cansado.
-Como si hubieran cosas que hacer mañana. Ya no tenemos más que hacer hasta la próxima guerrilla.
-Entrenar sería una buena idea. ¿Qué pensaran los demás si El perro cae en la próxima guerra?
-Entonces El lobo lo vengará y llevará la cabeza del desgraciado al fósforo.
-Sí, claro -Dijo caminando a la entrada.
- ¿Vas a salir?
-Iré a caminar.
- ¿A estas horas?
-Ese no es tu asunto -Salió del cuarto -Seguramente le daría una buena recompensa a ese tipo y le invitaría un trago -Musitó.
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El colmillo del lobo
General FictionLa vida de William comienza a mejorar luego de conocer a Sara, con quién tiene una hija llamada Katica. Katica, es conocida como "El Colmillo", y nadie se atreve a acercarse a ella por miedo a su padre; sin embargo, ella buscará su lugar en el mundo...