Capítulo 16

62 14 2
                                    

En un principio fue difícil, pero con el pasar del tiempo, Katica y William fueron capaces de hacer su nueva vida en la ciudad, en una acogedora casa a las afueras de Eruka. Ambos decidieron invitar a la anciana Zera a vivir con ellos. Así, William podría ir a su despacho, y Katica no estaría sola durante el día.

En el lugar habitaban muchas familias con hijos, y a menudo la anciana incitaba a Katica para que fuera a jugar con los niños; pero esta prefería regar las plantas y divertirse por su cuenta.

Poco a poco fue acercándose a un grupo de niños que jugaban con varas, y niñas que hacían coronas con flores. Pero para eso debieron pasar varios meses.

—Nana Zera... —Dijo Katica — ¿Por qué las personas de aquí son tan distintas a las de los campos? Cuando estaba allá las personas le temían a papá, pero aquí no parece importarles.

—Es porque en los campos no llegan las noticias completas como en la ciudad, mi niña. Allá por lo general se dicen rumores y las malas noticias. Pero aquí se sabe lo bueno y lo malo.

—Comprendo.

De pronto, todos los niños que jugaban cerca desaparecieron ante la presencia de Henry, el Perro.

— ¡Abuelo! —Gritó Katica; pero sin salir del lado de Zera.

— ¿Dónde está Will?

—Aún no regresa ¿qué se le ofrece? —Preguntó Zera.

—Solo vine a hablar con el desgraciado que me envió a una expedición de meses con un grupo de novatos.

—El Lord aún no ha vuelto, pero si quiere puede esperarlo.

—Pues claro, no me iré hasta que hable con él. —Entró a la casa sin pedir permiso y se sentó en una silla para beber mientras esperaba a William.

—El abuelo es aterrador a veces... —Le susurró Katica a Zera —Pero aun así me agrada.

—Eres muy linda, pequeña ¿Por qué no juegas por ahí mientras atiendo a tu abuelo?

—Está bien —Corrió en la primera dirección que vio.

—Le agradecería que no se refiriera al Lord de esa forma en frente de la niña.

—Vete a molestar a alguien más, vieja bruja.

—Seré vieja, pero al menos solo debo cuidar a una sola persona.

Desde que se conocieron, Henry y Zera se llevaron como perros y gatos. Los dos mantuvieron una larga discusión; pero se vieron interrumpidos por la llegada de William.

— ¡Mi Lord! —Se sobresaltó Zera.

—Hola Zera... —Dijo William con evidente cansancio —Y él ¿qué hace aquí?

—Tengo información importante... —William le dio toda su atención. Pero antes preguntó por Katica al no verla por los alrededores — ¿El Lobo perdió su colmillo acaso?

—Deja de darle nombres así. Su nombre es Katica.

—Sí, claro. Todos notan que eres más productivo en batalla cuando sabes que lo haces por ella. Y posiblemente por esta vieja. —Zera resopló.

—Zera ¿podrías ir por Katica? Se hace tarde.

—Iré por ella enseguida.

—Ahora dime lo que sabes. —Dijo con seriedad.

Afuera, Katica recorrió por los alrededores hasta que encontró a los niños escondidos, hablando entre ellos.

—Mamá dice que su papá es el Lord —Dijo una de las niñas.

El colmillo del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora