Capítulo 57

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En casa de los gemelos, Ur sintió una extraña sensación antes de tocar a la puerta.

—No deja de ser raro —musitó antes de atreverse a golpear la puerta.

—Tú eres Ur, ¿no? El hermano mayor de Tom y Dany.

—Y tú debes ser Darius, Dan habla mucho de ti en el entrenamiento.

—Sí, bueno... tu hermano es una persona muy agradable.

—Me imagino que sí.

Al entrar, los hermanos saludaron a Ur con abrazo y un apretón de manos que, a pesar de aun no estar acostumbrado a ello, sintió la familiar calidez en su corazón.

—Que gusto verlos —dijo con una sonrisa algo cansada.

—¿Estás bien? —preguntó Dan.

—Te ves cansado —continuó Tom —. ¿Katica...?

—Debe estar en casa. Terry la acompañó. Yo me separé a mitad de camino.

—Entiendo...

—Tranquilo hermano. El buitre de mi amigo no hará nada. Tiene mejores cosas en las que concentrarse.

—Claro —lo miró extrañado por la forma en que lo dijo.

—Bueno, ¿que tienen en mente? ¿No vas a presentarme formalmente a Darius —Ur sonrió al ver el rostro sonrojado de su hermano.

La noche transcurrió entre cervezas, comida, chistes y risas. Durante el primer par de horas, Ur analizó a Darius para asegurarse de que no representaba una amenaza a sus hermanos antes de relajarse más de lo que estaba.

—He oído que tienes un talento —dijo Darius —. ¿Es verdad que eres el mejor escapando de lo que sea?

—En teoría, sí. Pasé varios años estudiando cerraduras, caminos, mapas, personas...

—Ya veo. Debe ser interesante ser el mejor en algo a diferencia de otros.

—¿A qué te refieres?

—Digo que, si yo fuera tan bueno en algo como tú o tus amigos, trataría de ser de lo más útil a mi ciudad.

—Es lo que hacemos. Pero claro, no hablamos muchos de eso. Aquí nadie alardea por eso. ¿A qué se debe el interés?

—Nada realmente. No es que yo tenga un talento ni nada. Aunque creo que podría ser el que soy muy poco hábil para el combate. Siempre me tropiezo y... bueno, no hay mucho que decir sobre eso.

—Ya veo.

—Ya dejemos de hablar de trabajo —dijo Tom —. Mejor hablemos de otra cosa.

—Buena idea —dijo Ur, tomando su jarra de cerveza —. Mejor hablemos de nosotros. De ustedes, aun quiero conocerlos un poco más.

***

Al llegar la mañana, Katica despertó con la sorpresa de que Tom estaba dormido a su lado. Con una expresión agotada y de la de alguien que bebió mucho la noche anterior.

—Buenos días —susurró Katica antes de depositar un tierno beso en la frente de Tom, quien no hizo ningún movimiento al tacto.

En el silencio de la madrugada, Katica recorrió la casa como cada mañana hasta detenerse en la puerta de la antigua habitación de su padre.

Las palabras de Terry rondaron en su mente. Una y otra vez se repitieron con un profundo eco que no la dejaba pensar en otra cosa.

¿En qué piensas? —escucha aquella voz que la alegra y entristece a la vez.

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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El colmillo del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora