Capítulo 40

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-Rick, necesito hablar contigo a solas -Dijo Henry.

-Claro, señor.

Ambos entraron a la habitación, dejando a Katica afuera.

-Rick.

-Dígame señor.

-No voy a alargarme con esto dado que el tiempo que me queda no mucho.

-Señor...

-No me interrumpas. Seré breve -Henry tomó un poco de aire -Tú y yo sabemos que tu padre es una completa amenaza. Sabemos que no estaré siempre para proteger a Katica y cumplir la promesa que se hice a su padre -Rick se mantivo en silencio -Te ganaste mi confianza en poco tiempo. Y como eres el único aquí, quiero que seas tú el que cumpla esta promesa.

-No comprendo, señor.

-Quiero que me prometas que cuidarás a Katica y que la apoyarás en su camino. Ella es como yo, y sé lo que hará cuando muera. Así que necesito que la ayudes en eso.

No hubo necesidad de que Rick pensara en su respuesta.

-Está bien, señor. Lo prometo...

***

Luego de que Katica y su gente se marcharan de Riverton, Rick fue directamente hacia el despacho de su padre.

-Caíste muy bajo. Esta vez sí que...

-¿Tienes pruebas?

-Las tengo ahora mismo -Señaló la botella en la mesa -No siquiera un esfuerzo por ocultarlo.

-¿Y qué vas a hacer? Nadie creería que un Lord mató a otro.

-Claro que sí. Y les parecerás una mierda cuando sepan por qué lo hiciste -Erick se mantuvo tranquilo -Querías deshacerte de lo que te impedía acercarte a ella. Y por lo visto, no te funcionó -Se mofó de él.

-Mucho cuidado, Rick. Recuerda que...

-Eres mi padre y me importa una mierda... -Erick abofeteó a su hijo.

-Te guste o no, me vas a respetar.

-Te dije lo que pasaría si me volvías a levantar la mano. Te lo advertí -Rick caminó hasta la salida.

-¿Crees que te tengo miedo? ¿A ti? ¿Un mocoso estúpido que no aprende cuál es su lugar? -Rió con sarcasmo. -Si quisiera, podría matarte por tus faltas. No te tengo miedo.

-Pues deberías -Dicho eso, se marchó del despacho.

-Chico estúpido.

***

En el camino Terry observó a Katica cabalgar con la mirada perdida, dejando que el caballo se manejara solo.

-Colmillo... -No pareció escucharlo -Katica, ¿estás...? -Los Sollozos de la chica lo interrumpieron. -Colmillo...

-Solo quiero volver a casa. -Dijo intentando dejar de llorar a la fuerza.

Terry acercó su caballo al de Katica lo más que pudo, y tomándola de la cintura, la levantó para sentarla con él.

-No es necesario que te hagas la fuerte frente a mí, ¿sabes? -Katica apoyó su cabeza en el pecho de Terry hasta que dejó de llorar.

-Terry...

-¿Sí?

Katica guardó silencio un momento, pensando en las próximas palabras que diría.

-Voy a tomar el lugar de mi padre y mi abuelo.

Al principio, Terry no comprendió a lo que Katica se refería. Pero solo bastaron unos pocos segundos más para que lo entendiera.

-Me haré cargo de la ciudad.

El colmillo del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora