La noche pasó, y durante la madrugada, William observó a Katica, quien luego de tanto llorar se durmió en sus brazos. Se levantó cuidando de no despertarla y la dejó sobre la cama. Le rompió el corazón ver a su pequeña; y se preguntaba cómo serían sus vidas de ahora en adelante.
—Tengo frío... —Murmuró Katica entre dormida. William colocó las mantas sobre Katica —Mamá...
—Ella está con nosotros, cariño —Susurró.
Ese día, William no fue a su despacho y ordenó a un mensajero ir con el Perro para que le dijera que se encargara de todo por un par de días.
— ¿Cuándo volveremos a casa? —Preguntó Katica.
—... A partir de ahora viviremos aquí en la ciudad.
—Pero aquí no tenemos casa. Y Siry estará sola.
—La traeremos aquí. No abandonaremos al caballo de mamá. —Intentó sonreírle —Ten —Puso el anillo en sus manos —Mamá quería que lo tuvieras... —Los ojos de Katica de llenaron de lágrimas —Yo... debo ir por Siry y por tus cosas.
—Quiero ir contigo...
—No, hija. No puedo llevarte.
—No me dejes sola... —Le rogó.
—Lo siento; pero no puedo llevarte. No quiero que veas ese lugar después de lo que pasó. —Katica comenzó a sollozar —...No le abras a nadie —Dijo alistándose —En ese lugar hay comida. Volveré antes del anochecer.
—Está bien... —Dijo desanimada.
—Ya buscaremos otro hogar.
William volvió a la cabaña por última vez y cogió todo lo necesario como para no volver en mucho tiempo, las cargó sobre su caballo para él irse con Siry. Tardó todo el día en reunir las cosas; y al estar seguro de que no faltaba nada, se marchó, dando un último vistazo a lo que había sido el lugar en dónde todo inició. Pensó en destruirlo; pero decidió no hacerlo y volver a la ciudad junto a su hija.
***
Con William lejos, Katica se sintió sola dentro de la habitación, así que decidió salir para explorar un poco. Al llegar a la entrada de la posada, se topó con una anciana.
— ¿Qué hace una pequeña sola por aquí? —Katica dio unos pasos atrás —No temas pequeña ¿Cuál es tu nombre?
—... Katica... —Respondió con desconfianza.
—Qué lindo nombre —Le sonrió —Yo me llamo Zera. —Miró de soslayo hacia varias direcciones — ¿Y tu madre? —Katica rompió en llanto ante la pregunta y corrió hacia la anciana para llorar sobre su delantal.
— ¡Mamá se fue! —La primera impresión de la anciana fue que Katica había sido abandonada.
— ¿Y tu padre?
— ¡Se fue en la mañana! —Respondió llorando — ¡Quiero a mi mamá!
—Ya pequeña... —Dijo con una cálida voz — ¿Por qué no vamos a mi habitación y tomamos una taza de té? —Katica asintió sin despegarse de la anciana —Vamos entonces, es aquí arriba. —Le secó las lágrimas y le tomó la mano —Con cuidado... —Notó sus pies — ¿Por qué no tienes zapatos?
—Yo... Nunca los uso —Sollozó. —Y ahora no los tengo aquí...
—Creo que tengo algo para ti...
Katica entró a la habitación de la anciana, la cual notó que estaba a pocos metros de la de su padre.
La anciana le sirvió una taza de té y un par de pastelillos a Katica para mejorar su ánimo. Mientras, se puso a buscar entre sus cosas una caja que llevaba ya mucho tiempo.
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El colmillo del lobo
Genel KurguLa vida de William comienza a mejorar luego de conocer a Sara, con quién tiene una hija llamada Katica. Katica, es conocida como "El Colmillo", y nadie se atreve a acercarse a ella por miedo a su padre; sin embargo, ella buscará su lugar en el mundo...