Capítulo 33

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Al caer la noche, Katica vio el regresar de su abuelo. Silencioso, tambaleante, era obvio que estaba ebrio y que había bebido en su reunión con Lord Erick.

—Nuestra ciudad sufrió un ataque y una gran pérdida. La gente está asustada, hay heridos, niños sin sus padres... y tú te pones a beber como si nada pasara.

Henry guardó silencio y miró a Katica con seriedad. La joven parecía estar decepcionada de verlo en ese estado.

—Tengo mis razones para haber bebido en este momento, Katica —La joven se acercó para captar el aroma.

—¿Para beber y pasar el rato con alguna mujer?

—Escúchame bien, niña. Desde este preciso momento, tanto tú como yo demostraremos qué tan bien somos capaces de fingir frente a Lord Erick hasta que los hombres regresen.

—¿A qué te refieres? — preguntó con nerviosismo.

—El Lord de este lugar te tiene puesto el ojo. La reunión fue para hablar sobre una clase de unión en base a matrimonio.

—¿Yo y...?

—El hijo mayor del Lord. Pero es obvio que esa es solo una coartadas.

—¿Qué pasará ahora?

—Seguiremos la corriente hasta que los muchachos regresen. Si William pudo aguantar a este sujeto durante un mes para negociar el tratado, nosotros tenemos que saber hacer lo mismo. ¿Lo entiendes? —Henry vio el miedo

—Sí, entiendo.

***

Durante la reunión de líderes, los lores de sus respectivas ciudades ya habían bebido bastante y disfrutado visualmente de las mujeres que los acompañaban cuando Erick decidió hablar.

—Lo escucho —Dijo Henry, con una seriedad que no se creería en un hombre que ha bebido demasiado.

—Lo veo muy interesado —Comentó Erick.

—Si mi nieta ha de estar involucrada en esto, es obvio que me interesa lo que tenga que decir.

—Lord William dejó hecho un tratado de paz entre nuestras ciudades. —Henry pasó toda su atención en el tema —Quisiera que el trato este fuese más fuerte.

—¿De qué forma?

—Quisiera proponer una unión bajo matrimonio —La expresión de Henry hizo honor a su nombre. Al igual que un perro protegiendo lo que es suyo, el hombre se puso de pie como pudo para dar seguir la conversación.

—¿Insinúa que debería obligar a mi nieta a casarse con alguien de esta ciudad para reforzar lo que William hizo dos años atrás?

—No lo Insinúo, señor Fenrirsson. Lo que digo es que esto traería muchos beneficios para ustedes. Comercio, milicia, entre otras cosas que puedan surgir en el camino. Lady Katica estaría a salvo en Riverton, y su ciudad continuaría de pie con nuestra ayuda.

—¿Qué gana Riverton?

—Nada —Dijo Lord Erick, manteniendo una sonrisa soberbia frente a Henry —Por el momento, los beneficios los tendría Eruka. Lo más probable es que tanto Riverton como las demás ciudades hacia el sur se beneficien con la protección de su parte, ya que Eruka es la ciudad con la milicia más fuerte y mejor entrenada que hay. Además de Salamina.

—Háblame del matrimonio —Exigió con suavidad, conteniendo el impulso de comenzar una discusión.

—Solo sería el matrimonio entre Lady Katica y mi hijo mayor, Rick.

—Me tendrá que disculpar, Lord Erick. Pero, ¿Qué le hace creer que Katica aceptará casarse con un desconocido?

—He notado lo mucho que le importa su ciudad y sus habitantes...

El colmillo del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora