El colmillo del lobo

Capítulo 53

10 años atrás...

Tradío, un pueblo no muy conocido debido a su pequeño tamaño y poca actividad con otras ciudades. Alejado de las rutas de comercio, pero no del ojo de un tirano ajeno al lugar.

—¿Qué está pasando? —preguntó el muchacho de no más de 6 años de edad mientras sostenía a una pequeña de tan solo 2 años.

—Tenemos que salir de aquí —dijo el mayor con nerviosismo mientras guardaba cosas útiles en un bolso —. Luard, trae un poco de ropa de Sasha.

Fuera de su comprensión, el muchacho solo obedeció a la orden dejando a la pequeña junto al mayor.

—Fu...ra —balbuceó la pequeña, haciendo sonreír levemente al mencionado.

—Quieta, Sasha. Pronto estaremos a salvo.

—¿A salvo de qué? ¿Por qué no me dices nada?

—Luard —Fura no tuvo más opción que ser franco con el chico —. Salamina está por apoderarse de este lugar. Si nos atrapan, nos van a matar. Ahora recoge lo que necesites y vámonos.

A sus dieciocho años, Fura encabezó la huida de sus hermanos adoptivos para no perecer ante el ataque de Salamina.

—¡Fura...!

***

—Fura nos ocultó y se paró en el camino de nuestros perseguidores.

—¿Qué pasó después? —preguntó Katica.

—Se lo llevaron. Nos había dicho que lo esperaramos, pero nunca volvió.

—¿Dónde estuvieron todo este tiempo?

—Vivimos en Riverton. El abuelo de Lord Rick nos recibió un par de años antes de morir.

—¿Por qué estás aquí?

—Vi a Fura en la ciudad cuando llegaron. Al principio no quería creer que era él, porque pensé que estaba muerto. Por eso vine. Necesitaba...

—Lamento la interrupción mi Lady, pero... —Rick entró sin previo aviso al despacho y enmudeció al ver a los jóvenes frente a Katica —¿Por qué hay dos habitantes de Riverton aquí? ¿Qué están haciendo aquí?

—Discúlpeme, Lord Rick. Necesitaba venir —dijo Luard.

—¿Te das cuenta de que pudieron haber muerto en el camino? Hace un frío del demonio y no están...

—Rick, te pediré que abandones este lugar hasta que todo haya concluido —dijo con seriedad.

—Está bien.

Luego de que Rick saliera, Katica volvió a mirar a los chicos que no parecían ser mayores que ella.

—¿Qué edad tienen?

—Yo tengo dieciséis Sasha tiene doce.

—Ya veo.

—Disculpe —la tierna voz de la joven llamó la atención de todos —Mi Lady, ¿podría ver a Fura? ¿Por favor?

—Terry, ¿podrías llevarlos con él? Tengo entendido de que despertó.

—Sí, mi Lady.

—Ur, quisiera hablar contigo a solas.

—Sí, mi Lady.

***

En medio del silencio, Fura se encontraba mirando el cielo de la habitación cuando sintió que alguien se acercaba con sigilo.