Capítulo 31

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Durante los siguientes días y noches del viaje hacia Riverton, tanto Henry como Katica permanecieron en completo silencio. Durante el día caminaban en completo silencio; y durante la noche, permanecían despiertos hasta que el cansancio los vencía.

— ¿Tampoco puedes dormir? —Henry salió de sus pensamientos al ver que Katica se sentaba a su lado.

—Deberías estar dormida —Dijo apartando la mirada.

—Tú también. Pero, supongo que es difícil dormir en esta situación.

— ¿Cuál situación? —Katica lo miró con una suave sonrisa.

—La de no saber realmente qué hacer sin él —Henry tragó pesado antes de mirar a Katica, quien permanecía con la vista en el suelo —Realmente... no sé qué es lo que debo.

—Estuvimos dos años sin él, niña. Hazte la idea de que aún no regresa, y que jamás lo hará.

—Apenas había vuelto hace unos días después de mucho tiempo. Y ahora...

Aquella noche, Katica durmió abrazada a Henry, quien durmió con la cabeza apoyada sobre la de su nieta. Realmente el pasar tiempo juntos de esa manera era nuevo para ambos; pero dadas las circunstancias, no era tan raro como para quienes los veían. Ambos eran la única familia que les quedaba.

—No tiene caso que la mires tanto, Terry —Comentó Fura —El que la mires o le des su espacio no hará que vuelva a hablarte y lo sabes.

—Si sabes que lo sé entonces cállate —Respondió en tono serio —Tiene que haber una forma de hacer que ese sujeto caiga de una vez por todas.

— ¿Planeas vengar al padre de la chica?

—No, planeo vengar a todos los que han muerto por su causa. Bien saben que no solo Eruka ha padecido bajo su mano. La misma Salamina es una víctima de ese sujeto.

—Quizás sea buena idea buscar un plan cuando estemos en un lugar seguro —Dijo Alec —Ya duérmanse de una vez. De nada sirve caminar cansados. Además, ya mañana llegaremos a Riverton; y no sabemos cómo seremos recibidos en ese lugar.

Al llegar la mañana, Todos continúan su camino con Henry delante de todos mientras Katica caminaba junto a Tom y Dan.

— ¿Te sientes mejor? —Preguntó Tom, a lo que Katica contestó con un movimiento de cabeza y un leve sonido —No falta mucho para llegar a Riverton.

—Al menos ya es visible el lugar y...

Todos se detuvieron a media que Henry y los demás soldados lo hacían. No muy lejos de ellos, soldados a caballo guiados por un hombre se dirigían ante ellos provocando el nerviosismo de los civiles que solo esperaban llegar a un lugar seguro.

—¿Qué significa todo esto? —Preguntó el hombre al frente.

—Señor —Habló Henry —Venimos de Eruka en busca de asilo. La ciudad cayó a causa de Lord James de Salamina.

—¿Eruka? ¿Dónde está...?

—Muerto, señor. Lord William se sacrificó para permitir a los sobrevivientes huir del lugar.

—Comprendo. Es una completa lástima oír que el Lord esté muerto.

Al oír esa palabra, el corazón de Katica dolía mucho.

— ¿Quién está a cargo si él...?

—Yo, señor. Mi nombre es Henry Fenrirsson, padre del difunto Lord.

—Así que padre del Lobo. Lamento su perdida —El hombre volteó y dio la señal para ordenar a sus hombres socorrer a las personas y llevarlas hacia la ciudad —Descuiden, Riverton les dará asilo el tiempo que necesiten.

El colmillo del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora