Capítulo 43: Visitante.

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Narra Bradley.

Diciembre.
Ya es diciembre.

Ya. Es. Diciembre.

No puedo seguir con esto.

Por Dios, cada día me vuelvo más idiota.

En todo este tiempo sólo he tenido las pelotas para llamarla a su celular, el cuál sé muy bien que ya no tiene.

Llegaste tarde a la repartición de cerebros, Bradley.
Eso, o te vino fallado.

Había dejado pasar el tiempo, principalmente porque creía que ambos lo necesitábamos, pero entre más los días pasaban, más la extrañaba.

-¿Hola?¿Hola?¿Sigues ahí? Oh, por Dios, voy a colgar, idiota.

Mierda.

-No, por favor no lo hagas.-ruego, volviendo a la realidad.
-Soy una mujer embarazada, Bradley, y me estás molestando. Así que o sigues con tu estúpido cuestionario o te voy a denunciar.-advierte.- Ya sabes, ahora que Sam está con ese macho alfa que tiene por abogado viviendo con ella...

-¡Melina!

Oigo su risa del otro lado de la línea.

Hasta este punto he llegado, sí.

Llenar la casilla de mensajes de Melina, para que ella decida contestarme cada muerto de obispo.

He tratado por el lado de Tristan, pero a pesar de mostrarse amigable y aceptarme en su casa mientras su novia no está, él no dijo nada.
No podía pasar por encima de Melina, y lo entendía.
Por eso estaba prácticamente como una larva detrás de la embarazada.

Todo por tener noticias de Sam.

Qué patético.

La peor parte es que no me dice mucho.
Su información se basa en si fueron a la peluquería juntas y hablar de lo qué tan grande es el pene de Styles, o de cómo están las siliconas de Sam... Sí, Melina dijo eso. Eso es lo que me vuelve más loco.

No sé qué mentiras creer. Tal vez ya ni siquiera es su amiga y yo estoy malgastando mi tiempo hablando con ella.

Bueno, no es que haga demasiado, quitando que sigo trabajando en la cafetería-doble turno-, y volví a las reuniones... Afortunadamente, no volví a mis viejos hábitos, pero debo reconocer que tuve mis momentos difíciles, y estos meses sin Sam han sido toda una pesadilla.

-Ok, ok, hoy me desperté de buen humor. ¿Adivina qué?-habla la futura madre.

-¿Qué?-digo desanimado.

No es la primera vez que dice esto.

Ella siempre esta jugando conmigo.
Siempre espero que me de algo que de verdad me interese, pero termina por contarme cualquier cosa. La última vez me habló sobre lo beneficios de beber tu propia orina.

-Sabías que la caca de los bebés...

Ahí vamos de nuevo.

Y entonces escucho su risa.

-Lo siento, es muy divertido jugar contigo, Simpson. Pero hoy es el día, así que abre tus oídos que no voy a repetirlo.-informa.- SimetraesunatartadefrutosrojosenmenosdequincemimutostedaréladireccióndeSam.

Tú... tú... tú.

Colgó.

¡Colgó!

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora