Capítulo 18: Tigre

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Punto de vista de Bradley.

La puerta de mi habitación se abre y ella entra.

No muevo ni un músculo, de hecho, a penas le dedico una mirada.

-Hola-dice y su vista va de inmediato a mi estúpida mano inquieta.

Malditos temblores.

Su frente se arruga y me dedica una mirada.

-Te dije que no vinieras-digo sin quitar mi vista del plasma.

-Tu mamá sólo acepto tomarse un descanso si yo me quedaba a cui-

-¡No soy un bebé, Liberty!¡Por Dios!-grito exasperado.-Hazme un favor y ve a jugar a la niñera con tus perros, no conmigo.-agrego hacia mi prometida.

-A veces no sé qué prefiero,-comenta luego de un pequeño silencio- si el sobrio idiota o el ebrio que vive pidiéndome perdón.

-Sí, sí, yo tampoco-digo con soltura.

Oigo un suspiro pesado como respuesta.

-No entiendo como a mi me tratas de está forma, y a ella...- y sin terminar de hablar, en un chasquido de dedos, se fue por dónde entró.

Eso me costará unas disculpas luego. Genial.

Pero estoy harto. Le advertí que no quería verla, que quería estar solo, y ¿qué hace? Se aparece sin aviso.

Y ese reclamo incoherente...

Por supuesto que Liberty no tenía idea de cómo trataba a Sam, es decir, sabía que había estado con ella, pero no cómo se habían dado las circunstancias.

Para mi prometida, Sam era la excepción a todos mis malos hábitos adquiridos en este último tiempo. Ella creía que yo era todo un caballero con Samantha, pero lejos de eso, actuaba como un idiota con la susodicha.

Bueno... actuaba como un idiota con ambas, pero podría decirse que Liberty se llevaba la parte más pequeña.

Y esa era la parte que no entendía, ¿por qué seguía soportándome? No sólo hablando por el tema Sam, sino por Dess también.

Por Dios, había estado con su mejor amiga...

Claro que habíamos sido muy chicos en ese entonces. Por supuesto que no había estado con Dess el día siguiente de la partida de Liberty, habían pasado más dos años... Pero las mujeres tienen buena memoria para eso. O al menos eso dijo Nat...

Y vuelvo a la misma pregunta, ¿por qué sigue conmigo?

Por la misma razón que Samantha sigue en tu mente, dice mi subconsciente.

Y ahí va una vez más, ella metiéndose en mi cabeza. Volviéndome loco, como siempre...

Recuerdo la primera vez que la vi. Yo bajando del taxi y ella observando hacia ningún punto en concreto, con la mirada perdida, parada en la entrada de la cafetería.

Estaba hermosa... Como en todas mis ilusiones.

Porque eso fue lo que pensé, que mi mente esta jugando conmigo una vez más, como tantas otras.

No era la primera vez que imaginaba a Sam en la ciudad. Ella siempre había estado presente para mí. En buena y mala forma.

No sé qué fue, alguna clase de presentimiento o algo así, pero esa vez... Sentí que ella verdaderamente había vuelto.

Claro que tarde en asimilarlo, y entonces la recordé.

Días atrás, había descubierto a la chica de Tristan en "La noche de las Bibliotecas", estaba seguro que me había visto, de hecho, se me había quedado viendo más de lo debido, para finalmente sonreír y despedirse con un gesto con la mano.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora