Burn | B.S. |

Capítulo 39: Mentiras.

Esto no puede estar pasando. Esto no puede estar pasando.

Micah todavía me sonríe de pie, a sólo unos pasos de mi.

-¿Ya puedo jugar con ella?-escucho a Mike detrás mío.

Jugar.
¿Qué clase de mierda es esta?

-Vete a la mierda, Clifford.-responde Micah firme- Ella es mía . Así que ve a buscar al amor de tu vida o algo, pero esfúmate ya.-agrega.

Escucho un bufido, luego pasos alejándose, y finalmente un portazo.

-¿Sabes?-vuelve a hablar el rubio mientras se deja caer en el suelo, para cruzarse de piernas.- Es difícil trabajar con gente cómo él-comenta y me mira detenidamente.

No digo nada.
Mi mente está bloqueada, yo estoy bloqueada.
Asustada, y perdida.

Sus ojos están clavados en mí, y sigo sin entender este mal chiste.

Cómo putas Micah puede estar metido en todo esto.
Y más importante aún. ¿Por qué?

-¡Habla Sam!-su grito me hace temblar. Mi cuerpo se estremece cuando se levanta con expresión alterada y avanza hacia mi como si fuera a hacerme daño en un instante.-Habla...-repite con tono calmo.

Lo único que sale de mi boca son gimoteos.

Él está frente a mi, mirándome desde arriba, mientras yo sigo sentada en el sillón.

-Sam habla con Micah, y Micah es bueno con Sam. ¿Ok?

Hay algo en sus ojos, que por primera vez desde que lo conozco, me asusta.

-Ok, veamos si lo entendiste.-su sonrisa aparece. Aclara su voz, y continúa.- ¿Quieres que te cuente algo, Sam?-pregunta y me mira expectante.

-S-sí-contesto intentando respirar normalmente.

Micah sonríe nuevamente.

-Bien...-comienza.-Hmm... ¿Por dónde empiezo?-pregunta y vuelve a esperar algo de mí.

-No t-tiene importancia-logro decir. Micah entrecierra sus ojos.
-¡No!¡No!¡No!¡No!-continúa gritando y se pone de pie.-¡Así no, Sam!¡Así no!-avanza hasta una repisa y tira todos los adornos que hay en ella y de inmediato se calma. Así como si nada.

Vuelvo a temblar cuando avanza lentamente y regresa a su lugar.

-Ok... Empecemos por presentarme, ¿esta bien?-pregunta y asiento.-¿Esta bien eso?-insiste.

-S-sí.

Sonríe.

-¿Crees en el destino, hermosa?-pregunta y estoy por responder, cuando levanta uno de sus dedos, indicándome que no responda- Yo creo que el destino lo construimos nosotros. Elegimos qué queremos y lo hacemos realidad... Como yo.-sonríe orgulloso- Nunca pensé que fuera capaz de organizar todo a mi manera, pero sin embargo...-arrastra sus palabras hasta gatear hasta mi. Me quedo estática.- Sólo míranos, Sam.-sus manos acarician mis rodillas, y todo mi cuerpo me traicionas al no reaccionar.- Te quise, y te tengo. ¿No es genial?-una de sus manos se levanta hasta llegar a mi mejilla.

Mis ojos se cierran.
Siento su pulgar hacer a un lado mis lágrimas, y su respiración se oye claramente.
Puedo percibir su cercanía.

Su pulgar se desliza hasta llegar a rozar mis labios, dejando un sabor salado en ellos, debido a mis lágrimas.

-Eres tan hermosa-su aliento choca contra mis labios, y cierro aún más fuerte mis ojos, queriendo desaparecer.-Incluso cuando lloras-agrega, y presiona mi muslo con su otra mano.