Capítulo 20: Ojos

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El Sol a penas ha comenzado a salir, pero el cielo ya está iluminado. Lo suficiente iluminado para que achine mis ojos por la diferencia de luz.

-Vamos-me apura Micah.

Levanto la vista y...

Sí, la suficiente luz para ver sus ojos, y para que la realidad me de un pequeño golpe en la cabeza, y me recuerde que cierta persona allá arriba posee unos ojos similares...

De hecho, creo que es lo único de lo que estoy segura sobre él.

¿Es siquiera Louis Tomlinson su nombre real?

Mierda.

El rubio me ayuda a caminar con una mano en mi cintura, y la otra sosteniendo mi brazo.

El elevador hace estragos en mi cuando comienza elevarse. Siento como si todo lo que comí la noche anterior trepara...

Oh, no.

***

No vomité en el ascensor, pero sí en la puerta del departamento.

Si la Tierra me hubiera tragado en ese momento... Sí, hubiese sido genial.

Quise llorar en ese instante. No sólo por pasar la vergüenza de mi vida con alguien que apenas conocía y ya estaba limpiando mis deshechos, sino por la razón por la que había ocurrido todo esto. El origen. Mi vida, que apestaba más o igual a lo que había devuelto.

-Está bien-dice Micah mientras camina hacia mi con un vaso con agua, un sobrecito -el analgésico y antiácido- y una cucharilla.

Llega hasta el sillón, dónde estoy sentada, y también toma asiento, para luego darme el vaso, romper el sobrecito, verter el contenido en el agua y, finalmente, revolverlo.

-Vamos, Samantha, soy organizador de eventos... y uno muy completo, así que esto no es nuevo para mi. Está todo bien, créeme.-vuelve a insistir.

-Es que...-balbuceo- apenas te conozco y... todo esto... Perdón, y gracias-finalizo, para darle una media sonrisa.

Veo sus dientes asomándose de a poco, hasta formar una gran sonrisa.

-¿Sabes qué?-pregunta risueño- Creo que nosotros dos nos conocemos de otra vida.

¿Qué?

Micah se levanta y va hacia la cocina, pero se detiene a mitad de camino, sus ojos van hacia mi.

-Hice lo mismo que tú cuando mi novia me dejo.-dice con una sonrisa amarga.

Vuelve con otro vaso de agua para él y se acomoda en el otro extremo del sillón.

Y yo sigo con el ceño fruncido luego de sus últimas palabras.

-Pero nadie me detuvo...-dice, y creo que se refiere a la noche anterior, cuando me acerqué demasiado. Oh, Dios.- Ella iba a volver conmigo, pero se entero... y aquí estoy-agrega.

-Es por eso que me paraste- afirmo.

-No sé cómo es tu relación con él, pero debes plantearte si de verdad lo quieres lejos de tu vida, ¿sabes?. Todos cometemos errores, algunos de ellos nos sirven para reconsiderar algunas cosas...

Sonríe, y en ese momento, su celular suena.

-Permiso-dice antes de levantarse y atender.

Me siento enferma, y no es por la resaca.

No estaba pensando en Louis cuando Micah se refirió a él, sino en Brad...

¿Estoy...

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora