Epílogo

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Son las nueve de la noche, y otra vez estoy caminando sola hacia mi "refugio".

Estoy un tanto cansada, sí. Pero no tengo demasiadas opciones.

Ellos otra vez están peleando, aunque este es el tipo de peleas importantes.

Ya saben, hay peleas tontas, peleas de rutina, peleas matutinas, peleas que incluso se crean a propósito, pero está es la de las importantes.

En las que hay gritos y llantos, los cuales se acumularon con el paso de los días -tres días esta vez-, y hoy explotaron.

No es que este asustada, sé que en un par de horas lo solucionaran.

Y no es que este pensando como una chiquilla positiva que no quiere que sus padres se separen.

De hecho, les he dicho que consideraran la opción a ambos, pero me ignoraron.

En fin, ellos se van a arreglar.

Siempre lo hacen.

Hasta puedo visualizar la escena que se repite desde que tengo memoria.

Gritos más, gritos menos, papá la calma un poco, le susurra algo que hace que a mamá se le iluminen los ojos y voilà. Todo esta perfecto.

Su relación es taaaan extraña.

Pero... extrañamente, funciona.

Yo digo que es una relación enfermiza, sin ánimos de ofender, claro.

Con el paso de los años llegue a la conclusión de qué hay distintas formas de amar, y llevar a cabo una relación.

He visto a otros padres, el afecto que se tienen -o que aparentan tener- y gran parte es de ese tipo de amor común.

Bueno, el de mis padres es la excepción.

Un espécimen exótico.

Los he visto decirse "te odio" y besarse luego.

¿Qué clase de locos hacen eso?

Oh, sí. Mis padres.

He visto a mamá empacando sus cosas-y las mías- a la corta edad de cinco años.

Oh, sí. Lo recuerdo, aunque ellos crean que no.

También vi a papá llorar como una Magdalena- demasiadas veces, para ser sincera-, suplicando que mamá no se vaya.

A veces pienso que invierten los roles en cuanto a quién es la mujer en la relación, pero enseguida mi mente va a planos sexuales y... oh, Dios mío. No quiero pensar en eso.

No.

Basta.

Como sea, el punto es que ellos decidieron pelear hoy, y yo mañana tengo un examen, y de rendirlo mal, no tendré vacaciones.

Y tampoco me darán dinero para el concierto al que quiero ir.

-¡Franky!-grita con la puerta abierta de par en par.

Oh, Jesús.

-Hola, tía.-respondo luego de recomponerme del susto.

Supongo que me estaba esperando.

-Melina-me corrige.

Nunca sabes cuándo es el día en que puedes llamarla "tía"...

Ella es rara.

Y supongo que es la razón por la que es la única amiga de mamá.

-Melina-repito corrigiéndome, y ella me da espacio para que pase.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora