Capítulo 37: Locura.

584 38 19
                                    

Lo más probable es sentir temor cuando te despiertas en una habitación blanca-casi vacía-, con personas desconocidas durmiendo a tu alrededor... Pero yo simplemente no sentía nada.

Una enfermera se había acercado unos minutos antes, pero al ver mi inacción, sólo me había revisado superficialmente y se había retirado.

Me preguntaba por qué no había alguien ya a mi lado.
Bueno, en realidad, Louis tendría que estar aquí dándome un sermón, -porque los papeles del auto estaban a su nombre-pero considerando que él estaba fuera de la ciudad... Llamaría a alguien para asegurarse de que yo estuviera bien.

Oh, no.

-Sam...-escucho mi nombre.

Cuando levanto la vista, veo a Micah viniendo hacia mi.

-Menos mal que estás bien, vine lo más rápido que pude.-dice, y lo noto agitado.-¿Cómo te sientes?-pregunta.

-Bien-respondo e intento enderezarme y siento un dolor que hace retorcerme. Emito un siseo y vuelvo a mi posición anterior.
-Esta bien, acabo de hablar con el doctor y dijo que... Hmm... esto... bueno,-dice un tanto nervioso- parece que estás en tus... días... y bueno, el accidente no fue nada oportuno. Así que intenta no moverte mucho para que no sientas dolor.

Genial.

-Oh... -digo sin saber qué decir.- ¿Cómo te enteraste?- pregunto luego de unos segundos.
-Louis me llamo desesperado.-responde- Y si te estás preguntando por qué a mi... Bueno, llamó a Brad primero y se enteró de su... pelea. Así que prácticamente soy su suplente o algo así.-dice sin ni siquiera entender él mismo lo que acaba de decir.

-¿Entonces él lo sabe?-pregunto refiriéndome a Brad.

Micah frunce el ceño hasta que por fin lo entiende.

-Sí... pero no tienes que preocuparte por eso ahora mismo. Sólo permiten pasar a una persona, ya que no es horario de visita.-me informa.

Tampoco es que no quiero ver a Brad nunca más en mi vida.
Ciertamente, no estoy muy segura de lo que quiero.

Me siento una planta.

Sin darme cuenta, dejo espacio para un silencio incómodo en el que el rubio no sabe qué decir, o hacer... Y bueno, yo tampoco.

-El doctor también dijo que te podías ir en cuanto quisieras-Micah rompe el silencio-, sólo necesitas reposo.-dice con una mueca en el rostro.

El silencio se asienta nuevamente, y me siento mal por él.
Todo el mundo tiene cosas que hacer, y yo estoy interrumpiendo su día en este momento...

Micah da un pequeño salto y revisa sus bolsillos, hasta encontrar su celular.

-¿Hola?- dice ¿atendiendo?

Nunca escuche su celular sonar.
Quizás es una excusa para no hablar conmigo...

-Sí, ya te la paso.-dice y acerca el teléfono a mi.

¿Qué?

-Louis-dice en voz baja.

Mierda.

-Hola-digo sin ganas. Escucho un suspiro del otro lado.
-Casi me matas del susto.-dice aliviado. - No tengo mucho tiempo, así que diré las cosas rápido.-me informa sin dejarme hablar.- El tipo con el que chocaste estaba totalmente alcoholizado, así que fue arrestado en el momento. Decidí por ti al no levantar cargos, ya sabes que es mejor mantenerte invisible en tu situación. Así que no tienes de qué preocuparte.-dice y vuelve a suspirar.- En cuanto al idiota, no quiero que te acerques a él. Al menos hasta que me haya escuchado antes a mi primero.
-Louis- lo interrumpo.
-No, Sam. No estás pasando un buen momento, y lo último que necesitas es a alguien que haga tu cabeza explotar.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora