Capítulo 30: Fin.

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La risotada de Rojo me hace dar un salto.

No quiero estar aquí.

Por inercia intento levantarme, y cuando lo hago siento como si hubiera salido de un maldito samba.

Algo trepa por mi garganta.

Vomito.

-¡Qué asco!-oigo a Rojo quejarse.

Me encuentro tosiendo, intentando eliminar el asqueroso sabor que ocupa mi boca.

-¡Por Dios, eso ni siquiera es comida!-grita exageradamente horrorizado nuevamente el teñido.

-Y ahora por eso, vas a limpiarlo.-la voz del castaño.

-¡Matt!

¿Qué?

Unas manos rodean mi cintura y reacciono a la defensiva a pesar de las pocas fuerzas que tengo.

-Ni una palabra- me advierte e intenta repetir su anterior movimiento, y yo vuelvo a esquivarlo. Veo cómo rueda sus ojos. - Sígueme, entonces. -vuelve a hablar y camina por delante mío.

Mi vista vuelve a tornarse borrosa, pero me las ingenio para llegar a la puerta y salir detrás del castaño.

Cuando atravieso la puerta, puedo distinguir un gigante living-comedor perfectamente amoblado.

Nada comparado con el vacío lugar en el que estaban las pantallas, y nosotros hace unos instantes.

-Come-me ordena.

Levanto la vista con el ceño fruncido y lo veo sentando en la punta de una mesa rectangular, en la otra punta hay un plato servido.

-¿Qué intentas?-digo todavía sintiendo el sabor amargo en mi boca.

-Mantenerte viva por el momento-dice peinando hacia atrás su cabello.

No puedo creer lo que esta pasando.

Acaba de arruinarme y quiere que... ¿coma?

-No voy a comer una puta mierda.-espeto y me quedo parada sin siquiera llegar a la mesa.

Él bufa y pone los ojos en blanco.

-Veo que Mike no exageraba...-comenta al aire.

-No puedo creer que esté pasando esto-hablo nuevamente, y revuelvo mi cabello nerviosa.

Esto no puede ser real.

-Oh, claro que sí. Está pasando, corazón.-contesta repitiendo ese maldito apodo.

Hay un silencio hasta que vuelvo a hablar.

-¿Todo esto es por Malcom y Vanessa?¿por el dinero?-hablo con mis pocas energías.

Él tira su cabeza hacia atrás y lanza una estrepitosa carcajada.

-Eres muy graciosa.-dice cuando deja de reír- Hagamos un trato,-propone- tú comes y yo tal vez yo responda alguna de tus preguntas. ¿Qué dices?

Otro silencio.

No digo una palabra, sólo tomo asiento, y comienzo a comer.

Luego de unos minutos, mi plato está vacío.

Levanto mi cabeza hacia el castaño y cuando estoy por hablar, me hace una seña para que calle.

-Rojo-canturrea alto, y unos segundos más tarde, él susodicho aparece en el comedor en que estamos.

-Matt-dice con una horrible sonrisa falsa.

El castaño lo asesina con la mirada.

-Jefe-se corrige, Rojo, poniendo los ojos en blanco.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora