Capítulo 42: Luchando.

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Ella sólo se había sentado sobre su cama para volver a su lectura.

Por más que hubiera deseado pensar que Sam no estaba pensando claramente, en el fondo, sabía que sus palabras habían sido en serio.

La verdad me había caído como un balde de agua fría.

No había ninguna solución.
No había futuro que involucrara a ambos.

Una enfermera diferente me había sacado de mis pensamientos al entrar a la habitación, para luego arrastrarme fuera.

-Usted no puede estar aquí.- había dicho la mujer. La misma que me había atendido en mi primera visita.

Estaba tan feliz y lleno de ilusión durante el camino hacia el establecimiento. Tan despreocupado que había bajado todas mis defensas...

Los días pasados sólo intentaba convencerme a mi mismo de ser capaz de superar esta situación, pero la verdad me había golpeado justo en la cara.

Me sentía pequeño y vulnerable.

Sam había usado las misma palabras que yo había empleado al despedirme en nuestra última conversación el pasado año.

No estaba preparado para eso.

Mi cerebro había reaccionado de acuerdo a los recuerdos, y estos sólo indicaba que Sam había puesto el fin.

¿Todo volvería a repetirse?
No.

Esta vez no hubo llantos de por medio, esta vez no eran los sentimientos a flor de piel hablando, ni la ira... era ella, sus palabras.

Mi mente estaba totalmente confundida, había venido por algo en concreto, y Sam me había sorprendido con... un final.

Las preguntas rondaban mi cabeza, pero ¿qué importancia tenían ahora si ella me había pedido que no volviera?

Su no vuelvas abarcaba demasiados aspectos, y entre más lo pensaba, la lista se alargaba.

No vuelvas a hablarme.
No vuelvas a acercarte.
No vuelvas a tocarme.
No vuelvas... ¿a amarme?

***

Mi casa estaba vacía. Mis padres habían salido a cenar, y Nat estaba con su novio.
Tampoco es que estuviera necesitado de su compañía. Las cosas estaban difíciles en casa.

Excepto por papá que era el único que no creía que Sam fuera un monstruo, no tenía dialogo con nadie más.

Sam me había mentido, pero era imposible no defenderla cuando mi hermana y mi mamá comenzaban a atacarla.
Era algo innato.

Mi vista está perdida en algún punto imaginario del techo, y mi respiración es lo único que escuchan mis oídos.

Siento como si quisiera dar vuelta mi habitación, ponerla patas arriba, desparramar todo lo que hay en mi armario en el suelo, gritar, gritar, gritar... y tal vez llorar. Pero todo lo que hago es permanecer en mi cama. Inmóvil, tratando de evadir esas ideas.

No quiero perder el control, no quiero volver a perderme otra vez por Sam, convertirme en el Brad idiota...

No quiero volver... qué ironía.

Siento una especie de punzada en mi pecho.

Mis ojos se trasladan hacia la parte alta de mi armario, recordando qué hay escondido allí.

Y me pregunto, ¿es una señal para repetir el error, o para borrarlo?

Bajar esa botella oculta y mandar a la mierda todo, otra vez... o tirar su contenido y desechar esa inútil idea.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora