Capítulo 22: Todo

800 65 15
                                    

La magia desaparece.

La burbuja se rompe, y volvemos a la realidad.

Me pregunto cuándo va a ser el día en que la magia pueda quedarse.

Sus ojos están clavados en los míos, y su cuerpo aún no se separa.

Pero él lo sabe, sabe que ya se termino.

Yo soy fuego, y él, mi material inflamable, o quizás al revés... El punto es, las llamas no duran para siempre, se avivan por un momento pero luego se terminan.

Así es exactamente cómo somos, cómo es nuestra relación.

Amor excesivo, y luego odio, o repulsión...

Un momento, ¿dije amor?

-No te vayas-dice con voz pesada, y creo que su cuerpo me aplasta un poquitín más.

Quiere retenerme.

-Tu despedida de soltero terminó-digo sin gracia, colocando mis manos en su pecho e intentando quitármelo de encima.

-Sam, por favor.-ruega.

-Por favor nada, ambos sabemos que esto no conduce a nada, nunca conduce a nada. Es un momento, Brad. Somos un momento y luego nada, cada uno sigue con lo suyo. Tú con ella, y yo... Sola.

Su frente se arruga ante mi conclusión. Su cuerpo comienza a despegarse del mío, y es cuando aprovecho.

Me separo de él, y alcanzo mi pijama que quedo en el suelo desde quién sabe qué día. Le doy la espalda y prosigo a vestirme.

-¿"Un momento"?-repite a mis espaldas.

Lo ignoro y continúo vistiéndome.

-Yo no soy un momento-dice, pero esta vez está frente a mi, y con su ropa interior puesta.-Mírame.-continúa, tomando mi mentón y elevándolo para que siga sus ordenes- Tú no eres un momento para mi, eres-

-Basta-lo detengo.- Te dije que dejarás de hacer esto, no lo quiero, no quiero nada, sólo regresa con Liberty y sean muy felices. Haz lo que tengas que hacer para que te perdone, y si eso significa no volver a vernos, así será. Es lo mejor que puedes hacer, Bradley. -finalizo sin esperar una respuesta y voy directo a encerrarme en el cuarto de baño.

Pasa un tiempo antes de que escuche la puerta cerrarse, y que yo me desplome en el frío piso para que ya no pueda contener las lágrimas.

Sí, yo lo eche, yo le dije que se vaya con ella...

Sí, lo amo. Pero no puedo seguir con esto.

***

No pasa demasiado para que mi puerta vuelva a sonar.

No contesto.

-¿Sam?¿Estás ahí?

Oh, mierda.

Rápidamente, lavo mi rostro.

Por favor que no se note por favor que no se note por favor que no se note.

-Ho... La-dice arrugando su frente.

-Micah...-balbuceo- P-perdón-tartamudeo, y...

Oh, no puedo ser tan patética.

-Sh...-acaricia mi espalda mientras escondo mi rostro- Tranquila-vuelve a consolarme.

Tardo en tranquilizarme, y una vez más, Micah prepara un té.

Esto ya se pasa de rutina.

-Estás casada, ¿no? Por eso te pusiste mal en el salón.-comenta.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora