Capítulo 33: Huevo.

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Estoy atónita.

-¿Q-que qué?-tartamudeo.

-No voy a repetirlo-sentencia la chica.
Otro silencio.

Es la primera vez que estoy en una situación como esta, y estoy segura de que soy un asco.

¿Debería felicitarla?

-¿Cómo lo sabes?-es lo primero que se me ocurre.

Ella me mira con el ceño fruncido y luego deja salir un suspiro.

-Soy muy regular, y ya me atrase una puta semana. Pero... no puede ser, ¿sabes? Por eso te necesito.-dice cambiando el tono, a uno más relajado.
La miro confundida por su cambio tan repentino.
-Vamos, arranca el auto.-me ordena, y revisa mi bolsillo para quitarme el celular.
-¿Q...-no termino de hablar cuando toma mi pulgar y lo pone sobre mi teléfono.
El aparato se desbloquea y observo cómo va hacia el ícono para llamar.

-Arranca-repite firme, pero no lo hago.-¿Hola?-dice hacia la persona del otro lado de la línea.- Sí, soy yo. Hoy Sam no puede ir a buscarte, así que te vuelves caminando o haces dedos. Adiós.

Llamada terminada.

-¿Cómo sabias...

-Estoy muy aburrida en casa cuando Tristan va a trabajar y tu agenda es muy entretenida, ¿puede arrancar ya por favor?-dice entre dientes.- Oh, y porque debo echarte un ojo por Lou...-se detiene y mira hacia la ventana- Arranca ya, por favor-repite en tono neutro.

Ahora sé quién es la espía de Louis.

***

Conduzco hasta el hospital, al cual llegamos en unos veinte minutos.

-¿Qué estamos haciendo exactamente aquí?-pregunto mientras la sigo por los pasillos.

-Tengo una ecografía y te necesito.-contesta sin dejar de caminar.- Ya sabes, esto es toda una equivocación. Tengo un maldito un DIU-Dispositivo Intrauterino. Anticonceptivo-, es imposible que tenga algo en mi. Por eso te necesito, por si cuando me estén revisando me agarre una ceguera temporal o una de esas mierdas. O tal vez tengo un tumor, un quiste o vaya a saber quién qué demonios tengo, pero... Eres mi amiga, eso es lo que las amigas hacen, ¿no? Acompañarse.-Melina detiene su paso y me mira expectante.

Y antes de que pueda contestar, oímos su apellido.

Melina me dedica un sonrisa.

-Todo va estar bien, ya verás.-dice para mi, pero creo que se lo está afirmando más para ella misma.

La chica avanza hasta la habitación blanca.

-Bueno, vamos a ver cómo está esa panza-comenta simpático el doctor.
-Hay sólo comida.-dice seca, la ojiverde.- ¿Puede apurarse? Tengo cosas importante que hacer.-continúa acomodándose en la camilla.

El señor de blanco me mira sin entender, a lo que yo sólo me encojo de hombros.

-Voy a ponerte...-comienza a decir el hombre.

-Ahorrese el teatro.-lo corta Melina sin un poco de consideración.

A este punto el hombre parece perder la amabilidad que mantuvo desde un comienzo, deja escapar un bufido por lo bajo y coloca el gel en el vientre descubierto de la chica.

Ella deja escapar un siseo por la temperatura del producto y mira mal al doctor.

-Ahí esta-dice el doctor con un deje de gracia.

Yo estoy atenta al monitor pero no veo nada.

-Deje de molestar, ahí no hay nada.-se queja Melina.

Burn | B.S. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora