CAPÍTULO XIX: CONFÍA, PERO COMPRUEBA

52 16 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Son muchos custodiando la mercancía? —Preguntó Lilith a un hombre veinteañero con barba y gafas de montura que respondía al nombre de Paul, este negó con la cabeza. Lilith depositó una bolsa de deporte con el logotipo de Erebus sobre una de las mesas y la abrió rebuscando algo. Una especie de demonio con cuernos y con una "e" geométrica grabada en la frente acompañado de un triángulo invertido como boca con un ojo en el centro. Era un icono que Dave había acostumbrado a ver últimamente casi por cualquier lugar.

—Díaz no espera visita. Ha intentado ocultar muy bien la carga, por lo que no tiene a muchos hombres vigilando. —Advirtió Paul sujetándose la gorra de seguridad con el dedo índice y pulgar y señalando un pequeño corredor a la izquierda. —Las cámaras ya están desconectadas, y los guardias de seguridad de las otras cabinas neutralizados. Por ahí accederéis al lado oeste del parking, donde está el camión, es un Volvo FH16 blanco con un cartel promocional de aperitivos marinos.

—Que sí, Paul. Sé los detalles, así que ahórratelos. —Interrumpió Lilith echándose el pelo plateado hacia atrás con elegancia y lanzándole una mirada mortal. Acto seguido comenzó a desvestirse desprendiéndose del vestido negro con encaje delante de sus dos compañeros quedándose en ropa interior y mostrando las curvas de su figura tan femenina. Dave apartó la mirada algo incómodo hacia las pantallas de seguridad mientras ella sacaba ropa de la bolsa con total tranquilidad.

—¿Se puede saber qué haces? —Preguntó Dave. Ella lo observó divertida.

—Oh... qué dulce. Paul, a este adolescente le incomoda mirar a una mujer semidesnuda. —Expresó a carcajadas. Paul sin embargo no apartaba la mirada de ella y sonreía con su comentario.

—No me llames así, no soy un crío. —Sentenció Dave volviendo la mirada a ella y frunciendo el ceño. Su cuerpo era realmente sensual, sus músculos eran firmes y podían apreciarse ligeramente a diferencia de las mujeres que Dave estaba acostumbrado a ver. Tenía una cicatriz longitudinal en el abdomen junto a lo que parecía ser una marca de bala ya cicatrizada. Dave sabía que de ser heterosexual aquella chica le habría atraído de sobremanera.

—Por supuesto que no... —Ésta rio irónicamente. Se enfundó un mono elástico de un material similar al cuero junto a unos enormes e incómodos tacones de aguja y se abrochó la cremallera a medias, dejando gran parte de sus atributos femeninos a la vista. —Introdujo la mano en la bolsa dejando un par de armas blancas sobre la mesa y arrojando con fuerza un objeto textil hacia Dave que cogió casi de milagro antes de que cayese al suelo. —Ponte esto. —Ordenó. —Te moverás con más comodidad.

Dave lo observó, se trataba de otro mono negro elástico junto a un chaleco grueso que parecía estar muy poco a la moda. Lilith le guiñó el ojo.

—Es un chaleco antibalas. Creo que con eso aumentarán al menos un poco las posibilidades de que no te maten. —Aclaró cerrando la bolsa y equipándose con las armas en un cinturón. —Te espero fuera. No tenemos mucho tiempo hasta medianoche, no te entretengas.

REDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora