CAPÍTULO XI: EL PLAN

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Días después del incidente en las duchas todo parecía haberse calmado con Dave

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Días después del incidente en las duchas todo parecía haberse calmado con Dave. Stone había abandonado la enfermería tras dos días enteros ingresado, y salió de ella con el rostro desfigurado y lleno de cicatrices que le había dejado el metal de la puerta de la taquilla. Dave temía que pudiera llevar a cabo una venganza, pero por el momento parecía no ser capaz ni siquiera de dirigirle la mirada por lo que todo iba según lo esperado.

Una mañana más, Dave asistía a la sala de entrenamiento, donde Red le esperaría para continuar el riguroso entrenamiento, aunque en aquel momento, tras entrar en la habitación se dio cuenta de que ocurría algo fuera de lo habitual. Red estaba rodeado de un corro de chicos entre los que Dave pudo distinguir a Ares. ¿Qué demonios estaba haciendo Ares en aquel lugar? Se suponía que ya había comenzado las pruebas. Dave se acercó pidiendo paso entre el gentío de chicos y observó como Red parecía estar explicándoles algún tipo de lección a todos ellos.

—Sin embargo, será mejor que sepáis ciertos movimientos si queréis deshaceros fácilmente de vuestros adversarios. Y yo puedo enseñaros a hacerlo —Dijo éste observando a Dave que se había puesto en primera fila al lado de Ares, quien parecía estar prestándole caso omiso, haciendo como si no existiese y dirigiendo sus sentidos solo a la explicación de Red. —Brett. —Murmuró Red en voz alta atrayendo la atención de todos hacia el chico. Red hacía gestos con el cuello para que éste saliese frente a todos. —Ven aquí. Aprovechando que eres mi aprendiz, tú serás quien dará ejemplo al resto de cómo hacerlo. —Sentenció obligando a Dave a salir en medio de la multitud al lado de Red.

Dave no sabía muy bien qué decir o qué hacer, ni siquiera sabía de lo que hablaba Red ni entendía nada del asunto, por lo que inevitablemente se sintió ligeramente avergonzado por un instante percibiendo como todas las miradas se clavaban en él. Se subió a unas colchonetas finas sobre las que estaba Red de pie y éste apoyó sus manos sobre los hombros de Dave.

—Túmbate al suelo, novato. —Ordenó Red.

—¿Para qué quieres...? —Preguntó Dave sin entender nada en absoluto.

—He dicho que te tumbes. Ahora. —Insistió Red impacientándose e interrumpiéndolo.

Dave obedeció sentándose sobre la colchoneta y sintiéndose realmente incómodo con todas las miradas de sus compañeros fijas en él y prestando atención en silencio a todo lo que hacía como si fuese un delfín en un parque acuático. Algunos de sus compañeros eran conocidos, como Ares, y un par de chicos que juraría haber visto en las duchas días antes le eran muy familiares. Al resto no podía observarlos con claridad desde el suelo. Dave respiró con fuerza y se tumbó finalmente hacia arriba en posición supina de cara a los focos de luz del techo percatándose de cómo Red se arrodillaba a su lado.

—Lo primero es inmovilizar al objetivo de tal forma que no pueda realizar ningún movimiento. Observad como se hace. —Agregó Red replegando las muñecas de Dave bajo una de sus manos, presionándolas con fuerza contra el suelo y dirigiendo su brazo restante hacia el trasero de Dave tirando de una de sus pierna hacia arriba y manteniendo a Dave completamente inmóvil.

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