[margaritas] - JinNam©

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Seokjin ignoró al chico, que se había presentado antes que él como un omega, tal y como su abuela predijo, lo ignoró, solo lo ignoró mientras hablaba solo, de sus cosas seguramente, de que sería buen esposo o quien sabe que. La verdad no le importaba ni siquiera un poco lo que insistía por hablar.

Seokjin solo vió a lo lejos a la niña que siempre miraba en su puesto, en su escuela, ella era 2 años mayor que él, era algo seria y muy inteligente, estaba enamorado de ella. Se había robado su corazón al ser independiente, amable, no parecía alguien aburrida como Namjoon, que sólo hablaba de cosas que para él no tenían sentido, como las flores, programas de tv que no eran de su gusto y como le gustaría que fuera la casa donde vivirían, pero Namjoon tampoco estaba convencido de querer estar con Jin, parecía que le desagrada por completo, lo hacía sentir incómodo como se quedaba viendo a Taeyeon a lo lejos, sin hablar, hasta parecía que no respiraba

¿Nunca me escuchaste, verdad? Es algo importante... - Namjoon apretó los bordes de su suéter gris de invierno, apretando los labios y frunciendo el ceño algo enojado, lo que le decía era importante y él solo miró hacia otro lado, como si no estuviera en el lugar

No se de que hablas Namjoon, te dije que no me interesa de lo que quieras hablar. Deja de molestarme, si nuestros padres nos quieren juntos es problema de ellos, yo solo espero poder irme de aquí - se cruzó de brazos bufando, no tenía que darle atención a un mimado y descerebrado omega

Nunca me dijiste eso, eres un mentiroso. Ni siquiera me saludaste cuando llegué, solo hubieras dicho que no querías hablar - Jin alzó los hombros en respuesta y se alejó su silla de la de Namjoon, quien se levantó indignado y salió del jardín para ir dentro, chillando y gruñendo bajo al sentirse ofendido

¿Qué tal todo mi vida? ¿Te estás divirtiendo? Es tu cumpleaños... - Namjoon suspiró profundo y abrazo a su madre con una sonrisa para tranquilizarla, en realidad no la estaba pasando bien, no tenía amigos, quienes le hablaban solo era para darle su regalo por ser invitados del líder y luego se iban dejándolo solo, además era demasiado tímido para decir algo al respecto o para quejarse

Mami, no pasa nada... Solo me aburrí y quiero comer algo antes... Tal vez un pie de manzana o una torta de fresas - La omega mayor miró a su hijo, por el lazo familiar, sin duda, podía percibir la molestia en Namjoon, quien junto sus manos, nunca podía mentir y por ello, tuvo decir lo que realmente pasó - trate de decirle a Jin... Que percibía su olor, aunque aún no llegue su presentación... Pero solo me ignora y me hizo sentir mal

Ouh, hijo... Sabes que el chico está asustado, seguramente no quiere aceptar tan pronto que se casará contigo, ser el líder de una enorme manada en estos tiempos es muy difícil y él claro que lo entiende... - beso la cabeza de su niño, dejando suaves mimos en el cabello y espalda - debes ser un buen omega y entenderlo, pronto los sentimientos florecerán en ambos... Son destinados, después de todo. Cuando crezcan lo entenderán y entonces serán felices como tu padre y yo

El omega hizo una mueca, no convencido de lo que su madre decía, él sabía que el chico tenía en su corazón a otra persona, una hermosa beta que era aprendiz de su madre

Supongo que si madre, pero prométeme que si él no me acepta dejaras que esté con otra persona - abrazó a su madre aún más y ella le acarició la cabeza en silencio, era una promesa que no podía cumplir, puesto que es simplemente una omega, se encargaba de ayudar a las madres, a los niños del lugar, se encargaba de enseñar una que otra cosa del hogar, mientras su esposo tenía el trabajo duro, era un alfa ocupado.

«Cariño, no puedo prometer eso»

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Odiaba estudiar en casa, más que todo, tener que aprender modales, coser, cocinar, cuidar niños, aprender historia y su árbol genealógico, todo sobre su animal y esas tontas leyes que ponían al alfa sobre todo en la jerarquía. Deseaba haber podido hacer algo al respecto, pero solo sería otro omega más que obedeció, respeto y cuido de su alfa y los cachorros toda su vida, velando por su manada y ocupándose de los quehaceres siempre. Pero también, estaba el otro lado de la moneda, no quería defraudar a sus padres, a sus ancestros, a su animal, a su manada, no quería estar completamente solo en el enorme mundo que es desconocido para él, le daba miedo.

Dejo el libro sobre su mesita de noche y apagó la pequeña lámpara que estaba allí, levantándose de su cama para ver por la ventana inmenso y espeso bosque que casi conocía como la palma de su mano. Su abuela, la antigua alfa líder, le dijo a su padre cuál sería su naturaleza aún si presentarse. Desde entonces, no había más caza, no habían paseos largos, ni fogatas, no había más juegos en el río que los dejaban llenos de arena y con el pelo enredado.

Desearía poder cambiar algo, pero no puedo hacer nada... - miró con un puchero hacia el cielo, la luna era tapada por una casi transparente nube grisácea que se extendía por sobre la luna, dejando los rayos de está más débiles pero no opacando su luz - ¿Por qué no nací un alfa? La vida sería mucho más fácil, podría ocuparme yo de la manada... Podría quejarme o al menos opinar sobre mi... Pero no soy más que un omega que debe recibir órdenes

Su lobo se puso en cuatro patas con las orejas bien levantadas al oír pasos, completamente asustado corrió a su cama y se arropó hasta la cabeza fingiendo dormir. Debería esperar hasta la mañana para intentar escapar hacia el bosque, tal vez jugar un rato y volver antes de que Miriam llegará para sus clases de modales y ética.

Dejo salir todo el aire de sus pulmones cuando los pasos se alejaron, seguramente era su padre o un cuidador de la casa, así que no debía tener miedo. Apretó los labios viendo la nada, la completa oscuridad y juntó sus manos, tal vez pedir un deseo sería una pequeña esperanza, tal vez la luna lo escuché, tal vez pudiera revertir todo - por favor, amada Luna... No quiero nada de esto.