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Namjoon abrió los ojos lentamente, adolorido. Sentía su cuerpo pesado y su cabeza, simplemente no podía ni pensar correctamente. Tuvo que esperar un buen rato antes de sentarse un poco, avergonzado al ver que seguía en la habitación del alfa. Suspiró mientras miraba su pecho desnudo, seguramente lleno de marcas por el leve ardor que sentía un su piel y completamente consciente de la marca. Estaba ahí, lo sentía.

Su lobito solo daba vueltas feliz, revolcándose y aullando.

Cerró los ojos mareado, dándose cuenta de que estaba solo. Pero pensó que algo así pasaría, después de todo, un celo no haría que un alfa te ame, palabras de Miriam... Y otras personas que escuchó por ahí. Y eso dolió de todos modos.

Caminó hasta el baño del alfa con dificultad, sintiendo mareo y se preguntó qué había de bueno en pasar noches así con su pareja. ¿Se sentía diferente cuándo las dos partes sentían lo mismo?

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Seokjin por otro lado, no podía pensar en nada. Era muy extraño, demasiado extraño tener un lazo.  Trató de concentrarse en su trabajo hasta que sintió un pequeño tirón de este, no llegando a comprender cómo sucedía. Seguramente el Omega había despertado, a las 10 de la mañana y solo bajo la mirada a su trabajo sin saber qué pensar, sin saber qué sentir.

No debía amar a ese omega, no era más que por deber se repetía a si mismo mientras completaba sus actividades. Siendo interrumpido de nuevo y molesto, quería terminar su trabajo, quería concentrarse.

Siwon se sentó frente a Seokjin sin pedir permiso, acomodándose en la silla, luciendo incómodo, sin saber cómo empezar la conversación — ¿Cómo está todo? No te vi llegar hoy...

Seokjin hizo una mueca. Por supuesto que no, había salido mucho antes de la hora de casa, al estar completamente consciente, desnudo junto al omega, viendo la marca, solo pensó en huir — si señor, lo lamento. Quise adelantar mi trabajo atrasado, está todo bien. Namjoon está bien también.

Eso espero — tosió incómodo, quedándose ambos callados por unos segundos, antes de que el alfa mayor acercará un cheque al alfa más joven, sobre la mesa — ya sabes... Para Nam, por favor avísame de cualquier cosa, lo que sea que él necesite, hijo. Ahora debemos ser pacientes, espero todo salga bien... Realmente quiero un nieto

Seokjin bajó la mirada a los papeles, incómodo ante esa realidad, asimilando que ahora sería un padre de familia, con una marca, había sido más fácil aceptar ser el líder, se preparó para ello durante años, no para ser un esposo perfecto como lo hizo el omega.

Claro... — solo asintió, recibiendo el papel, escondiendo este en un bolsillo de su abrigo y viendo salir a su suegro rápidamente.

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Cada día era más incómodo reencontrarse con el omega, a pesar de compartir una conexión especial, una que se supone era segura, que debía darles confianza para estar juntos cada día más y mejor.

Pero cuando se veían de frente, lo primero que hacían era girar e ir en lado contrario. Esperar que el otro saliera de casa, esconderse, huir. Primero Seokjin, claro está que las costumbres no se pueden perder. El omega suspiró al sentir los jalonazos de Jeongin, que brincaba en su lugar soltando chillidos de felicidad.

Felicidades Nam, Dios mío. Esto es tan genial, al fin. Todos lo sabrán y las víboras mentirosas que inventaron chismes se arrepentirán de abrir sus bocotas al hablar del líder y su hermoso omega — habló rápidamente Solar, dejando aturdido a Nam que solo asintió, fingiendo estar de acuerdo

¡Ya verás Namu, todo estará absolutamente mejor! Está cicatrizando muy, muy bien. ¿Los alfas se ponen muy melosos tras la marca? Lo siento si te ofende la pregunta — Namjoon tragó saliva, avergonzado por la mirada atenta de sus dos amigos y solo asintió con las mejillas sonrojadas. No hablaban específicamente de días posteriores, pero algo así fue.

Ya chicos, vuelvan a sus asientos y abran sus libros del día de hoy — gritó la mujer beta que entró a la clase hablando fuertemente, haciendo a los chicos ir a su lugar rápidamente.

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Al llegar a casa, Namjoon suspiró relajado, pues sabía que el alfa no soy estaba y podría comer algo rápidamente para esconderse en su habitación para estudiar.

No podía evitar estar algo triste, desilusionado, era imposible. Por ello, debía regañar a su lobo por ser iluso, ambos sabían lo que iba a pasar con el alfa. Lo lastimaba sin importar qué. La marca apenas y le hacía sentir algo, lo que le hizo pensar mucho. Tal vez debía haber amor real para que funcionará de verdad, no importa que sea su alfa destinado.

Además de pensar en eso, no dejó de mirar su abdomen cada vez que recordaba que muy posiblemente, un pequeño podría estar creciendo en su interior, un bebé, un cachorro de su alfa. Como si fuera de nuevo un niño tonto e inocente de 15, se sonrojaba mientras soltaba un profundo suspiro triste.

Desearía que todo cambiara, al menos mínimamente, aunque sea llevarse bien con el alfa, pero este se empeñaba en poner un muro entre ellos dos, manteniendo distancia.

Después de días sin ver cara a cara el alfa, este apareció un poco más temprano golpeando su puerta. Namjoon de inmediato abrió, viendo que le extendió un sobre y luego, solo se fue rápidamente sin decir nada, dejándolo desilusionado, de nuevo. Ya ni siquiera una frase mordaz o una mirada de burla, simplemente una nada muy fría, a la que temió desde que se dio cuenta que el alfa no lo quería.

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Los lobitos en el futuro:

Los lobitos en el futuro:

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[margaritas] - JinNam©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora