𝓐𝓵 𝓲𝓰𝓾𝓪𝓵 ♡

797 122 41
                                    

Las dos ruedas de la bicicleta giraban a una velocidad prudente, aquella bicicleta se encontraba reluciente, como si las gomas de la rueda olieran aún a nuevo; la persona sobre aquél medio de transporte no llevaba unos típicos pantalones, mucho menos una camiseta cualquiera, aquel hombre portaba un hermoso traje de color negro, un corbatín impecable, una flor descansaba en el bolsillo de su saco, dándole color a toda esa vestimenta oscura, sus cabellos peinados hacía atrás, su rostro con una ligera capa de maquillaje era golpeado por el refrescante viento producido por la velocidad.

Aquel hermoso hombre acaparaba las miradas de los transeúntes, robaba suspiros de chicos y chicas, pero él no perdía el tiempo, sus ojos se mantenían fijos hacia el frente, su corazón se mantenía fijo en la persona que estaba a punto de tomar su mano.

Su corazón dio un vuelco cuando visualizo otra bicicleta, aquella se veía igual de reluciente, sin embargo el caballero que la portaba era totalmente distinto, con un traje blanco y cabellos ondulados. Su rostro blanquecino estaba ligeramente maquillado, resaltando sus felinos ojos.

Aquel caballero se detuvo por un momento y le regaló una sonrisa al caballero de negro. Esperó hasta que estuviesen los dos a la misma distancia y comenzó a pedalear, no dijeron ni una sola palabra, solo se miraban discretamente, brindándose sonrisas cómplices.

Eran el centro de atención de todos, dos caballeros sobre ruedas que disfrutaban del viento y que conducían a un mismo destino.

Aquél destino estaba rodeado de hermosos jardines, de juegos infantiles y de aulas vacías, pero que servían para atender a pequeños niños que comenzaban a dar su primer paso a una vida escolar.

Ambos se detuvieron frente a ese lugar, bajaron de las bicicletas y las dejaron a cargo de aquellos chicos que formaban una parte muy especial en la vida de aquellos dos hermosos caballeros.

— Definitivamente me quedaron increíbles — expresó Mingyu con una sonrisa satisfecha, tomando una de las bicicletas.

— Todo lo que haces te queda increíble — reiteró Wonwoo depositando un beso sobre los labios de su esposo. Tomando la otra bicicleta.

— SeungCheol debes estar en el frente esperando, Jihoon ¿cuántas veces te dije que el novio no debe de ver a la novia antes de la boda? No debiste dejar que Cheol te vea — Reclamó SeungKwan con brazos cruzados.

— ¿Por qué tengo que ser la novia? SeungCheol es la novia.

Todos rieron ante tal comentario, solo podían pensar que SeungCheol era una novia algo musculosa.

— Entraremos juntos — Anunció el mayor, tomando la mano de Jihoon. Salva solo del chico de mejillas abultadas.

SeungKwan no dijo nada más. Suspiro cansado de que nadie obedeciera.

— Ya es hora — Dijo Wonwoo señalando a la persona que se encontraba frente al marco de flores, aquella que solo necesitaba decir: puedes besar al novio.

SeungCheol afirmó el agarre, miro una vez más a Jihoon y asintió después de ver al bajito asentir de igual manera.

Estaban listos.

Listos para recorrer aquel camino de pétalos de flores y recordar el primer momento en que sus ojos se cruzaron, aquellos infantiles ojos no tenían el brillo que ahora poseen, pero sí a la persona con la que compartirían sus vidas.

Aquellas personas que formaron parte de su historia fueron contactadas para estar presentes. Hoshi observó a la pareja que entraba con sus manos entrelazadas, una sonrisa se esbozó en su rostro y besó la mejilla de su ahora esposo.

Mi pequeño Bravucón (JiCheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora