𝒟ℯ𝒷ℴ 𝒾𝓇𝓂ℯ ♡

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Jihoon se removió en el suelo entre toda la ropa, un quejido brotó de sus labios cuando movió ligeramente su cabeza y sintió un poco de dolor en su cuello. Sus ojos entrecerrados mientras traba de descifrar por qué estaba de esa forma. Recordando que entre lágrimas se había quedado dormido mientras alistaba sus cosas; había decidido irse lo antes posible, antes de no poder hacerlo. La habitación se encontraba en un total desorden, ropa por todo el suelo y maletas sobre la cama.

Con pereza gateó hasta poder recargar su espalda en la cama.

Sus ojos estaban hinchados y también tenía ojeras muy notorias, su nariz taponeada, su corazón seguía doliendo y no sabía por cuánto tiempo sería de esa forma.

Era difícil.

—¿Puedo pasar? — Inquirió la señora Lee del otro lado de la puerta después de dar dos golpes en ella.

—Sí mamá — Respondió con voz ronca y abatida.

—Hablé con tu tío, te aceptara en la preparatoria, así que, tú dices cuando podemos irnos — Su voz llena de gentileza en todo momento, sus ojos se encontraban fijos en su pedacito de cielo que estaba tirado en el suelo con un rostro lleno de dolor. Sintió su corazón romperse cuando Jihoon le respondió que por la noche era lo correcto — Está bien cariño — Fue lo único que podía decir.

Después de ver a su madre marcharse miró el reloj sobre la mesa, la primera clase había comenzado y no podía dejar de imaginar que estaría ahí, en ese salón, junto a SeungCheol y sus amigos.

Pero no, las cosas eran distintas y sabía que era incorrecto atormentarse de esa manera.

Se levantó con dificultad y se dirigió al baño a pasos flojos.

Minutos después se encontraba de vuelta entre tantas prendas, llevaba unos Jeans de mezclilla y una playera negra holgada. No sé preocupó en su aspecto, solo revolvió su cabello un poco y comenzó nuevamente a doblar y meter la ropa en las maletas.

—Toma cariño — Dijo la señora Lee al ver a su hijo bajar y dirigirse a la puerta — Dile a tus amigos que deben seguir comiendo correctamente — Continúo, entregándole una lonchera para los tres chicos que se encontraban en el instituto preocupados.

—Se lo diré madre, muchas gracias.

—Estaré esperándote afuera en el auto.

Los labios de Jihoon temblaron al entender lo último que su madre había dicho, asintió no muy convencido y salió de su casa. El camino hacia su escuela era un martirio, sus pasos no eran firmes, sentía su cuerpo tambalearse, después de todo no había centímetro de la avenida que no le recordara sus viajes en bicicleta junto al mayor.

Su corazón se detuvo cuando llegó a la parte trasera del instituto y observó a sus tres amigos con semblantes afligidos.

—Tomen — Pronunció el blanquecino al acercarse, sorprendiendo a sus amigos — Mi madre dice que deben seguir comiendo correctamente — Les dijo, entregándole la lonchera al de mejillas abultadas.

SeungKwan no lo soportó y se soltó a llorar en el instante que sus manos tomaron el objeto — ¿Realmente tienes que irte? —Pedía una respuesta, una que consolara su dolido corazón. 

—Patético — Musitó él blanquecino, sonriendo amargamente.

—¡¡Gracias Jihoon!! no tendré que comer el arroz de SeungKwan — Dijo Mingyu entusiasmado, tratando de no darle importancia a lo que ocurría.

—Deberás comprar el almuerzo de ahora en adelante o sufrirás el ataque de las loncheras de arroz de SeungKwan — Expresó Wonwoo entre una sonrisa fingida.

Mi pequeño Bravucón (JiCheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora