Jihoon se removió entre los brazos de SeungCheol para poder encontrar el rostro hermoso y tranquilo del mayor; sus ojos aún permanecían cerrados, sus hermosas y largas pestañas temblaban ligeramente, sus esponjosos labios ligeramente fruncidos.
Jihoon pensó que la belleza de SeungCheol iba más allá de lo que se puede describir con solo palabras.
La habitación era silenciosa, solo el sonido de sus respiraciones y los latidos de sus corazones podían escucharse. Jihoon acarició la mejilla ajena, después los firmes párpados hasta descansar sobre sus suaves labios.
Su corazón se sentía tan cálido.
Lo amaba.
Lo amaba con tantas fuerzas.
—Precioso — Jihoon salió de sus pensamientos encontrándose con los brillantes y adormitados ojos de SeungCheol, de pronto, uno de sus dedos se vio atrapado entre los labios ajenos.
—¿Comes dedos? — Inquirió el bajito aturdido y al mismo tiempo divertido.
—No, no acostumbro a comer dedos, pero si a la persona a la que le pertenece ese dedo — Expresó sin un rastro de vergüenza, mientras su corazón se ahogaba al ver el rostro sonrojado de su futuro esposo. Un suspiro salió de sus labios al mismo tiempo que dejó libre el dedo ajeno, un suspiro al pensar que Jihoon era su futuro esposo, la persona que estaría a su lado, a la que amaría y respetaría por el resto de su vida. Una sonrisa se esbozo en su rostro al acercar un poco más a un sonrojado Jihoon a su pecho, este era su ser amado y con el despertaría todas las mañanas.
Por otro lado, la mente de Jihoon aún se encontraba aturdida, ya no había ningún rastro de aquel chico tímido, sin embargo, esos ojos eran los mismos, esos que lo miraban con amor a pesar de que sus palabras eran vergonzosas, su corazón dio un vuelco cuando se imagino a SeungCheol amándolo desde entonces.
—SeungCheol
El mayor se tensó por un momento al escuchar ser llamado así, eran muy pocas las ocasiones que podía escuchar su nombre brotar de los labios de Jihoon, pero no sé inmutó y respondió con un ¡mmh!
—Yo… — hubo un pequeño silencio, SeungCheol se reacomodo para poder mirar atentamente a los ojos de Jihoon — yo, realmente … me gustas desde que éramos niños — su pálido color no ayudaba a ocultar el gran sonrojo en todo su rostro. No sé atrevió a mirar a SeungCheol a la cara, estaba avergonzado, Lee Jihoon, el chico que golpeaba e intimida a otros para defender a su cheolie, estaba avergonzado al confesar su secreto.
SeungCheol le había gustado desde ese entonces, le gustaba protegerlo, limpiar sus manitas cuando se caía, poder compartir sus desayunos, poder ver sus ojitos, le gustaban todos los días de escuela porque podía verlo y cuidarlo. El tiempo pasó y cuando le demostró a su madre que ya estaba en la edad para poder visitar la casa de SeungCheol más seguido, entonces todos los días comenzaron a gustarle también.
—Ahora que lo pienso, realmente es así — Continuó Jihoon con su rostro escondido, pero fue tomado con gentileza por los largos dedos de SeungCheol.
Entonces su corazón se incendio, SeungCheol tenía los ojos cristalinos, su mirada era suave y llena de amor, sus labios comenzaron a acercarse y Jihoon esperaba que tocaran los suyos pero nunca sucedió, en cambio su frente fue besada. Se sintió tonto y sus labios que estaban un poco alzados, tomaron su posición correcta al comprender que no lo besaría.
—¿por qué no me besaste en los labios? — Inquirió confundido.
—No me he lavado los dientes — Dijo SeungCheol divertido.
—Tonto — Murmuró Jihoon.
—Además, si te beso ahora, no podré detenerme y tengo que ir a dar clases.
—Entonces apúrate, ya es tarde y el profesor Choi no puede llegar tarde.
SeungCheol ya se encontraba listo para ir al trabajo, Jihoon había aceptado acompañarlo después de que le rogara al igual que un niño, al principio el blanquecino se había negado al no tener ropa para cambiarse, pero después de ver los ojos suplicantes del mayor, terminó accediendo. La señora Choi ya no se encontraba, su turno era por la mañana y se fue después de dejarlos desayunando.
Jihoon terminó de lavar el último utensilio que se había utilizado para preparar el desayuno y se giró para encontrarse atrapado entre dos fuertes brazos, aquel hombre de cabello peinado hacia un lado y con frente despejada, ese que portaba unos pantalones rectos oscuros y una camisa impecable y correctamente ajustada, a excepción de las mangas que estaban levantadas dejando admirar su piel ligeramente bronceada, atrapó sus labios en un feroz beso.
Sus labios se entrelazaban en un beso húmedo, sus lenguas se enredaron con deseo y un toque de lujuria, los sonidos provocados por el cambio de posición hacia que SeungCheol profundizará el beso mucho más, su lengua recorriendo la cavidad bucal del blanquecino, mientras sus manos delineaban desvergonzadamente su cintura y espalda.
Jihoon estaba arrinconado y cuando sus piernas comenzaron a sentirse débiles al recibir tal estimulación por las grandes manos del mayor, SeungCheol lo sujetó y lo cargó indicándole que enredará sus piernas a su cuerpo. Se besaron, se besaron apasionadamente hasta que sus pulmones suplicaron por aire, un hilo de saliva se formó al separarse, sus jadeos y respiraciones agitadas resonaban entre la habitación, se miraron a los ojos, esos que estaban llenos de amor y deseo.
La mente de Jihoon se despejó y observó el reloj que colgaba en la pared, ya era muy tarde y a este ritmo no podrían llegar caminando, se separó del mayor y se reincorporo en el suelo, arregló su ropa y la ajena, aunque no pudo quitar las arrugas de la ropa de SeungCheol lo tomó de la mano y lo obligó a tomar sus cosas para ir a la escuela.
—¡Espera!
—Cheolie, es tarde, no tengo ropa limpia y no iré a la escuela todo sudado.
SeungCheol dejó escapar una risita — No es eso, yo tengo que ir por algo.
Jihoon detuvo sus pasos y salió al patio para esperar, pero su frente se frunció al ver que el mayor cerró la puerta de la casa y se dirigió al patio trasero. Dos minutos después y su corazón dejo de latir por un momento, al ver a SeungCheol salir con su bicicleta, la habían guardado en el patio trasero después de decidir quedarse a dormir.
Su corazón no lo resistiría, era demasiado, a caso SeungCheol… él.
—Vamos.
Jihoon quedó perplejo al ver que realmente le estaban entregando la bicicleta ¿SeungCheol quería que manejara?
—Sé que ayer dije que quería llevarte, pero realmente deseo que me lleves una vez más.
El amor floreció aún más en su corazón, Jihoon tomó la bicicleta con manos temblorosas y la montó. Muchos recuerdos azotaron su mente en ese momento.
—Sube… cheolie.
Los ojos del mayor se iluminaron y obedeció, se subió al asiento trasero pero no rodeó la cintura de Jihoon.
El blanquecino lo sabía, sabía lo que SeungCheol esperaba — Sujetate fuerte, no te sueltes — En ese momento SeungCheol se aferró a su cintura y hundió su rostro en la espalda ajena. Sus corazones revoloteando a cada pedaleada, estaban inmensamente felices.
SeungCheol no lo soltaría nunca y Jihoon nunca lo dejaría caer.
—Te ves muy lindo hoy cheolie — Gritó Jihoon para que la persona aferrada a su cintura escuchará. No podía ver el rostro de SeungCheol pero sabía que sus mejillas estaban sonrojadas y a pesar del sonido del aire chocando cerca de sus orejas, podían escuchar sus propios corazones.
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Mi pequeño Bravucón (JiCheol)
Short Story✏KookieFlores✍ - No te alejes de mi SeungCheol, si no, no podré protegerte. ✍️ Historia totalmente mía ✍️ Historia corta ✍️ JiCheol ✍️ Denle amor 🐱 Inicio 12/06/20 Logros: 11/07/20 ... #27 en JiCheol 11/07/20 ... #2 en Seventeen 15/07/20 ... #32 e...