ℰ𝓈𝓉ℴ𝓎 𝒶𝓆𝓊𝒾́ ♡

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Al terminar la ceremonia, Jihoon se levantó de su asiento al notar a Mingyu y a Wonwoo frente a él. El más alto de los tres mantenía una campante sonrisa al mismo tiempo que sus ojos se mantenía curiosos. En cambio Wonwoo mantenía un semblante solemne, sus ojos fijos en el bajito que los miraba con un rostro aún más pálido que su original color.  

— ¿Realmente lo planearon? — Inquirió Jihoon con el ceño tembloroso.

— No precisamente, esta es la respuesta a tu anterior pregunta — Respondió Mingyu, abrazándose a su ahora esposo.

— ¿Él cómo está? — Murmuró. Su cabeza se Inclinó ligeramente, como si de pronto no tuviera el valor de ver a Mingyu cuando respondiera.

— La respuesta a tu pregunta te la puede dar la persona que se encuentra entre la multitud — Le dijo Wonwoo, mirando a todas las personas a su alrededor, aferrando su brazo a la delgada cintura de Mingyu.

El cuerpo de Jihoon tembló ligeramente al escuchar a Wonwoo. Lo primero que pasó por su cabeza fue, que si estuvieran  en el pasado, no dudaría en acercarse a SeungCheol, acariciar sus cabellos y recordarle lo guapo que era mientras que su corazón se aceleraba al ver los claros y grandes ojos del mayor. Sin embargo, ahora no sabía cómo debía acercarse y como lo recibirían.

— Vamos Jihoon — Dijo de pronto Mingyu, tomando la mano del blanquecino obligándolo a seguirlo.

El pequeño cuerpo blanquecino se tensó por completo al sentir el vuelco que su desesperado corazón dio al ser obligado por el alto a caminar.

Después de la ceremonia, los novios solo levantarían sus copas, convivirían un rato y se retirarían. Mingyu y Wonwoo no quisieron festejar en grande como sus padres lo habían querido, ambos solo querían que las personas más allegadas fueran testigo de su unión que era lo más importante para ellos. No les importaba una fiesta o un gran banquete.

Solo habrían bocadillos y bebidas para los invitados, con algo de música a cargo de los dos chicos de antes.

La mano de Mingyu mantenía rodeada la muñeca de Jihoon, deteniéndose de vez en cuando para recibir las felicitaciones de sus invitados. Wonwoo que los seguía por detrás, se acercaba a su esposo para saludar y volvía a la cola para seguirlos nuevamente.

— Mingyu, espera, no sé que decirle — Murmuró Jihoon desesperado.

— Mientras más lo pienses no sabrás jamás que decir.

Jihoon miraba a su alrededor, buscando en que aferrarse para no ser arrastrado. Ahora podía saber lo que sus compañeros de secundaria sentían al ser arrastrados por los demás para obligarlos a confesarse. Aunque él lo estaba experimentando muy tarde y podía imaginar lo patetico que se veía en estos momentos.

Mingyu caminaba a pasos firmes, seguro de saber dónde se encontraba SeungCheol.

Jihoon miró una vez más a su alrededor, reconociendo a una persona entre la multitud que parecía estar perdida — ¡¡SeungKwan!! — Gritó Jihoon sin importar ganarse las miradas de todos.

El mencionado volvió la mirada hacia el chico de traje de color lila y los dos recién casados, los bordes de sus labios se elevaron en una sonrisa al reconocer al pequeño chico, se acercó con leves trotes, sin detenerse hasta aterrizar sobre el blanquecino.

— Jihoonie — Pronunció el de mejillas abultadas, podía distinguirse un poco de nostalgia en su palabra. Abrazó a Jihoon tan fuerte que casi se convertían en uno, cuando la voz de Jihoon viajó por lo bajo para quejarse, soltó el agarre y llevo sus manos hasta las mejillas blanquecinas — Eres tú — Sus cejas estaban contraídas, su rostro comenzaba a fruncirse al sentir ganas de llorar y no dejaba de masajear las mejillas ajenas para convencerse — ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué tardaste tanto? — Sus preguntas estaban llenas de curiosidad y la última hizo sentir algo de inseguridad en Jihoon, parecía un reclamo.

— Acabo de graduarme.

Mingyu soltó a Jihoon y se quejó de inmediato, pero SeungKwan no le tomó importancia. El de mejillas abultadas llevaba un traje identifico al de Jihoon y SeungCheol, sus cabellos rojizos brillaban al ser tocados por la luz que las tiras de luces proporcionaban.

— ¿El traje? — Inquirió Jihoon, mirando a ambos novios, comenzando a tener una idea de lo que estaba ocurriendo.

— Yo era el padrino de anillos, hasta que en medio de la noche Mingyu llegó a mi casa y sin explicarme nada … — SeungKwan fue interrumpido en el momento en que el alto lo tomó con una mano sobre su boca, impidiendo que siguiera hablando.

— SeungKwan no tiene nada que decir y si tiene algo que decirte, pueden hablarlo después,  ¿Continuamos?

SeungKwan miró a Mingyu por encima de su cabeza, frunció los labios y asintió no muy convencido.

Después de un tiempo de dar vueltas por el lugar, detenerse a recibir las felicitaciones y busquedas hasta en el más oscuro rincón, no encontraron a SeungCheol.

Jihoon se encontraba en un taxi rumbo a su casa, su rostro se mantenía entristecido. Podía asegurarle a cualquiera que no sentía su corazón latir, se los aseguraría aunque lo mirasen raro.

Le pagó al señor taxista y agradeció respetuosamente. Su vista se mantenía en el suelo, caminando a pasos flojos. Tal vez era lo mejor, SeungCheol no quiso verlo así que se fue, tal vez era mejor que encontrarlo y que se lo dijera en la cara.

Pero poco importaba, porque, ambas dolerían de la misma forma.

Esas ideas hizo que algo dentro de él se rompiera, y entre la noche, siendo alumbrado por la tenue luz de la entrada de su casa, comenzó a llorar.

Jihoon hubiese preferido ver a SeungCheol con alguien más, siendo feliz y divirtiéndose, pero no esto.

— Volviste.

Los ojos de Jihoon se abrieron abruptamente al instante que la varonil voz retumbó en sus oídos obligándolo a salir de sus desgarradores sentimientos. Elevó el rostro encontrándose con SeungCheol. Su cuerpo tembló en el momento que SeungCheol elevaba las comisuras de sus labios en una sonrisa y se desmoronó por completo al ver cómo elevaba sus brazos para esperarlo y rodearlo con ellos.

— Jihoonie — Pronunció con ternura, haciéndole saber a Jihoon que lo estaba esperando. Que necesitaba tenerlo entre sus brazos.

Jihoon no pudo soportarlo, su cuerpo no respondía y no podía detener sus lágrimas. Hace un instante se estaba hundiendo en una total tristeza al pensar que SeungCheol no quería verlo, pero ahora, que lo estaba viendo frente a él con brazos abiertos y una sonrisa en su rostro, no pudo evadir sus lágrimas, estaba feliz y al mismo tiempo seguía asustado. 

Bajó la mirada para que el mayor no viera su terrible estado, para limpiar sus lágrimas antes de dar un paso con dificultad, pero solo fue necesario dar un solo paso para toparse con el pecho de SeungCheol y ser rodeado por sus fuertes brazos.

Porque el mayor ya no podía seguir esperando así que decidió acercarse.

Jihoon pudo deleitarse con su agradable aroma a mora azul, sentir su firme pecho sostener su mejilla izquierda y escuchar los acelerados latidos del corazón de SeungCheol.

— Por fin estás aquí — En ese momento, que el pecho de SeungCheol vibró al hablar, Jihoon se aferró a los bordes del saco del mayor, apretándolos con fuerza entre sus manos.

Con voz temblorosa respondió — Estoy aquí.


Espero que hayan tenido una buena semana. La mía estuvo algo ocupada y por esa razón no había actualizado :')

Mi pequeño Bravucón (JiCheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora