La otra cara de la noche

CAP VI

  Aunque había coincidido con ella un par de veces anteriormente, esta vez, parecía que la suerte no estaba de su parte. Recorrió las calles del nuevo barrio, ahora ya más conocido y se metió en una librería una hora después al dar su búsqueda por fracasada.

Si no iba a dar con ella, al menos se compraría el libro que tantas ansias buscaba y esperaba. Pero la suerte volvió a traicionarle al ver el estante dónde se suponía que tenía que estar el nuevo tomo, completamente vacío. Después de la popularidad que tenía esa saga, no podía esperar encontrar otra cosa a esas horas de la tarde.

Dejó la sección de misterio para cruzar la pequeña librería y echar un vistazo rápido a otras secciones antes de salir sin comprar nada. Recordaba que su profesora de literatura les había mandado leer un libro para el mes que viene, podía comprarlo y darle a esa visita algo de utilidad. De todas maneras, si no lo hacía ahora, se le olvidaría leerlo más tarde.

Cruzó los pasillos mientras leía los carteles a cada paso que daba. Ciencia ficción, teatro, autobiografías, romance y literatura. Justo al lado de las ciencias.

Empezó a leer los títulos de los libros perfectamente colocados en las estanterías y su mirada, se desvió al apartado de al lado sin percatarse al leer un título que le llamó más la atención que el que buscaba.

Las claves de la medicina forense.

El libro era más grueso que los que le rodeaban y no pudo resistirse a atraparlo para cotillearlo. Nunca se sabía lo suficiente a la hora de leer un cadáver, podía comprarlo y aportar más datos a su cerebro insaciable. Decidió ojearlo antes de decidirse y se dio cuenta de la cantidad de datos científicos que aparecían en él, era mucho más avanzado y fuera de su alcance de lo que esperaba.

"¿Vas a comprarlo o vas a seguir leyéndolo?" Le preguntó una voz firmemente.

"Perdona, sólo estaba oj-" Dijo rápido levantando la mirada para dejar el libro. "Tú."

"Hola, tú." Contestó ella, imitándole con una sonrisa burlona.

Kudo entrecerró las cejas confundido, ¿Por qué nunca la encontraba cuando la buscaba y luego aparecía de la nada cuando menos se lo esperaba?

"¿Vas a comprarlo?" Volvió a preguntar al mantenerse en silencio, desviando su mirada al libro de sus manos.

Él bajó su mirada y miró hacía la estantería antes de volver a mirarla, observando el hueco que le indicaba que se trataba de la última copia. Ella tampoco parecía estar de suerte.

"Es bastante interesante, pero creo que paso." Contestó acercando el libro hacia ella para dárselo, pero sin dejar de soltarlo cuando ella lo agarró. "Te lo doy con una condición." Dijo esbozando una sonrisa encantadora.

"No estoy interesada, no quiero un maniaco a los misterios como novio." Contestó sin darle oportunidad a proponerle nada, con una mirada afilada y sin soltar el libro.  

Él rió ante su comentario, haciéndose el dolido, pero sin apagar su sonrisa. "Yo tampoco estoy interesado, ya estoy enamorado de alguien, ¿sabes?"

"Enhorabuena, ¿Qué quieres entonces?" Preguntó rodando los ojos con un tono un poco impaciente. No podía entretenerse mucho más.

"Quiero que me digas tu nombre." Pidió alzando una ceja.

"Vamos, ¿Eres tú el detective, verdad?" Comentó volviendo a observar al libro.

"Parece que verdaderamente necesitas este libro, parece un buen trato, ¿no? Hemos coincidido varias veces y aún no se como llamarte." Le comentó al percatarse de su nerviosismo.