¿Qué es todo esto, Shinichi?" Le preguntó Ran en frente de una de las decenas de máquinas de café que tenía el hospital en sus plantas, vestida con el uniforme escolar. "¿Por qué no dejas esto en manos de la policía? Como sueles hacer normalmente después de resolver un caso... ¿Por qué te involucras de esta manera? Has acabado herido y todo esta vez..." Dijo llena de preocupación, dando vueltas al chocolate caliente a medio beber que el moreno le había invitado. "...Esa gente, parecía realmente muy peligrosa."
"Estoy bien, Ran." Afirmó poniendo su mejor cara. "Ha sido difícil...pero estoy bien." Le sonrió despreocupadamente como solía hacer.
Pero ella no parecía convencida del todo. "¿Cuándo vas a volver al instituto?" Preguntó observando la hora, tampoco quería llegar tarde a su primera clase por esa visita, pero necesitaba ver al detective después de todo lo que había visto y vivido eso últimos días. Le gustaría tanto salir por esas puertas con él. " Si nos vamos ya, aún podemos llegar a la primera hora."
"No puedo irme ahora... pero iré pronto, lo prometo." Contestó observando de reojo el pasillo del que habían venido. "Necesito acabar ciertas cosas primero."
"Te dieron el alta hace un par de días, ¿Por qué sigues en este hospital? ¿Qué tiene este caso que te retiene y te afecta de esta manera, Shinichi?" Preguntó sin poder callárselo. No estaba satisfecha con las respuestas que habían tenido la otra noche.
Kudo le miró sin saber qué responderle. ¿Qué le retenía? El FBI se estaba encargando del papeleo y los interrogatorios para cerrar el caso, así que, su trabajo como detective, había acabado llegados a ese punto. Pero él seguía sin querer moverse se ahí.
"¿En qué tienes que involucrarte ahora?¿O es por esa chica?" Preguntó mirándole a los ojos a la vez que suspiraba, no podía entender nada. "Por más que me intente acerar a ti, intente comprenderte o me lance y te siga hacia el epicentro del peligro...nunca consigo entender tu manera de ver las cosas..." Dijo apretando los puños, llena de impotencia. "¿Es esto lo que quieres? ¿Vivir intranquilo caso tras caso toda la vida? ¿Llegar hasta el punto de que una organización criminal casi te mate?"
"Ran..."
Kudo se acercó a ella para intentar abrazarla, pero ella dio un paso atrás. Si conseguía abrazarla, su coraza se rompería en pedazos, y en ese momento, tenía que ser fuerte y pensar en lo que era mejor para ella.
"Estoy cansada de ir detrás de ti e intentar que funcione algo, que por más que desee con todas mis malditas fuerzas, nunca haya empezado siquiera." Dijo con lagrimas en los ojos. "¿Cuándo se descarrilaron nuestras vidas, Shinichi? Habíamos creado hasta un puto plan de futuro..." Las lágrimas no pudieron aguantar mucho más antes de caer ante el próximo parpadeo. "Y todo esto, ya no me hace feliz. Ya no es lo que quiero..."
El detective abrió los ojos completamente sorprendido antes de agachar la cabeza decepcionado consigo mismo. "Lo siento, de verdad que lo siento...Yo...puedo i-"
"Lo siento, lo siento...Siempre es lo mismo Shinichi. ¿Tengo que vivir perdonándotelo todo por que vivas como quieres vivir? ¿Tengo que ser así de egoísta para conseguir mi propia felicidad por encima de la tuya?" Preguntó con una sonrisa triste. "Somos grandes amigos Shinichi, pero por más que odie admitirlo, una relación nunca funcionaría entre nosotros..."
"No digas eso Ran, por favor. Todo eso es mentira." Negó él rápido mientras el miedo cubría todo su cuerpo, cogiendo su cara para acariciarle las mejillas húmedas. Ran era demasiado especial, siempre había estado ahí y no quería perderla.
"Sé que me quieres, Shinichi..." Dijo cerrando los ojos bajo su tacto con una sonrisa triste en sus labios. "Pero yo estoy enamorada de ti...y eso es algo completamente distinto. Y ni mucho menos quiero ser la persona que te frene a vivir como quieres. Quiero que seas feliz y yo no puedo darte esa felicidad con los futuros tan opuestos que ambos deseamos."
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La otra cara de la noche
FanfictionEl último curso de instituto, era la última oportunidad de hacer todo aquello que no podrían hacer los futuros años como jóvenes adultos enredados en la universidad o en el trabajo. La última oportunidad de confesarte a tu primer amor, lanzarte haci...