La resaca que recibió el detective al día siguiente, fue peor de lo que esperaba.
No contaba con levantarse con ese fuerte dolor de cabeza después de haber bebido tan poco, pero después de todo, ni estaba acostumbrado a beber, ni había dormido más de tres o cuatro horas.
"No tienes buena cara, ¿Te encuentras bien?" Le preguntó Ran desde el pupitre de al lado, mirándole con un poco de preocupación.
"Estoy bien, solo estoy cansado. No he dormido mucho esta noche." Le comentó con una media sonrisa para dejar de preocuparla.
Ella asintió sin dejar se observar sus ojeras lilosas. Llevaba un par de semanas más distraído de lo normal y notaba lo rápido que se adentraba en su mente y la poca atención que ponía en las clases. "¿Estás otra vez con aquel caso de Tropical Land? No deberías comerte la cabeza por algo así."
"No, no es nada de eso." Contestó negando la cabeza lentamente antes de mirar hacía el exterior por la ventana.
La noche anterior no paraba de pasar como flashes en su cabeza, no se hubiese imaginado nunca que hubiese acabado el día en un local como ese y divirtiéndose como lo hizo.
"Ayer te llamé por la noche, pero no lo cogiste." Susurró Ran para que el profesor no les llamase la atención.
"Estuve concentrado leyendo casi toda la noche, no me di cuenta." Se excusó apoyando su mano en su barbilla.
"Oh...bueno." Dijo sintiendo una pequeña distancia entre ellos volviendo su atención a la nueva clase que había empezado.
"Este año, los chicos y chicas del grupo de teatro, han decidido hacer una recreación de la leyenda de Shakura para el festival de primavera, que como ya sabéis, es en tres semanas. Recordar que se hace para recaudar dinero para el viaje de final de curso, animaros a participar y ayudar a vuestros compañeros. Todo esto puede ayudaros en la nota final." Explicó la profesora antes de empezar la lección.
Kudo volvió su atención a la ventana, sintiendo poco interés a las actividades que proponía su maestra. Él no necesitaba ninguna ayuda para sacar las notas que sacaba.
Los alumnos también cuchicheaban entre ellos, algunos sorprendidos, otros emocionados y una pequeña minoría ignoró la noticia o resoplaba al sentir otra obligación sobre sus hombros.
"Podríamos apuntarnos." Propuso Ran con un tono bajo para que la profesora no la escuchara.
"¿Qué?¿Lo dices en serio?" Preguntó él alzando una ceja.
"Puede ser divertido y es nuestro último año." Dijo con un poco de tristeza. "No deberíamos privarnos de nada, el año que viene empezaremos la universidad y no volveremos a ver a muchos de nuestros compañeros."
"Vamos, no es el fin del mundo." Dijo despreocupado.
"Que poco sentimental eres, ¿Es que no vas a echar a tus amigos en falta?" Preguntó resoplando.
"Claro que sí, pero tú y yo seguiremos en Tokio." Dijo con una sonrisa. "Nosotros no dejaremos de vernos, puedes seguir preparándome pastel de limón mucho más tiempo."
Ran se sorprendió y sonrojó fuertemente. Su sonrisa era muy eficaz, no recordaba cuantos años llevaba enamorada de ella. "Así que, ¿Nuestra amistad se basa en un pastel?" Preguntó medio riendo. "Entonces te puedo seguir chantajeando con él para que me acompañes a los sitios que a mi me gustan visitar."
En momentos como ese, se daba cuenta que Ran era demasiado buena para él. Confiaba en él plenamente, su amistad había empezado a la vez que lo hicieron sus andares y era muy pura y resistente. No había sido de extrañar que con la adolescencia, nacieran sentimientos nuevos entre ellos.
ESTÁS LEYENDO
La otra cara de la noche
FanfictionEl último curso de instituto, era la última oportunidad de hacer todo aquello que no podrían hacer los futuros años como jóvenes adultos enredados en la universidad o en el trabajo. La última oportunidad de confesarte a tu primer amor, lanzarte haci...