Miyano, puedes salir." Escuchó decir a un agente.
Shiho se reincorporó rápidamente sin saber si había escuchado bien, clavando su mirada a la persona que acompañaba al federal.
"Toma, te he traído una muda y he recogido tus pertenencias." Le sonrió Kudo levantando la mano para ofrecerle una bolsa.
"¿Qué es todo esto, Kudo?"
La pelirroja le miró fijamente antes de aceptar la bolsa. No entendía que hacía él ahí, ni porqué le daban vía libre a marcharse. Nada tenía lógica.
El joven miró de reojo al agente que le acompañaba y le hizo un gesto con la cabeza para indicarle que se marchase. Luego volvió a centrar su mirada en ella y se apartó de la puerta para que pudiese salir. "Primero...salgamos de aquí."
Ella asintió pasando delante de él, metiéndose en el primer baño que vio para salir pitando de ese edificio antes de que alguien cambiase de idea. Le siguió cuando cruzaron la calle y observó al moreno girar la cabeza de un lado a otro, como si buscase algo por los alrededores.
"Ven, sube." Le indicó poco después, abriendo la puerta trasera de un escarabajo amarillo que acababa de aparcar en doble fila.
Cruzó los brazos una vez el coche volvió a arrancar y le miró buscando una explicación.
"He pagado tu fianza." Le dijo después de darle indicaciones al hombre mayor que conducía.
"¿Por qué?" Preguntó molesta. No le gustaba deber nada a nadie y menos a un detective. "Sabes que no puedo devolvértelo, me lo han quitado todo."
"No quiero que me lo devuelvas." Negó con la cabeza.
Ella le miró llena de sorpresa. "¿Entonces que quieres?"
"Sólo intento hacer mi trabajo." Le contestó sacudiendo los hombros. "No veía justo que te quedases ahí hasta que se celebrase el juicio. Ya sabes, somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario."
"Pero tú sabes que yo no soy inocente..." Agachó la cabeza a la vez que suspiraba.
El hombre aparcó en la casa de al lado de una mansión de dos plantas con un patio bastante grande y los tres salieron para dirigirse a la entrada.
"Él es un viejo amigo de la familia, se llama Hiroshi Agasa." Le presentó. Ella asintió inclinando la cabeza y observó la casa detenidamente. "Puedes quedarte aquí el tiempo que necesites. Mi casa es la de al lado." Le dijo señalando a la mansión que se veía por la ventana. "Iba a proponerte quedarte en la mía, pero creo que llamaría mucho la atención a los medios y el profesor me comentó que tenía una habitación libre, así que..."
Shiho frunció el ceño. "No tienes porqué hacer todo esto, ¿Por qué lo haces?" Preguntó de nuevo. Ni si quiera eran familia.
"Creo que la policía está muy nerviosa y te está presionando demasiado, sólo quiero darte tu espacio, es normal que te sientas aturdida...los medios se han cebado en cuanto empezó a correr la voz de toda la gente que estaba implicada y...ha sido todo un poco caótico." Le explicó acercándose a la cafetera de la cocina para ponerla al fuego. "Sé que ahora mismo no confías en nadie y que tu hermana no podía permitirse pagar ese dinero. Pero...¿No merecemos todos una segunda oportunidad?"
La pelirroja le miró fijamente sin entender las fuertes ganas de llorar que le habían entrado. "No sé si estoy preparada para tenerla." Dijo casi susurrando, notando el hilo de lágrimas que caía por su barbilla y apretó los puños ante la impotencia de verse tan débil. ¿Por qué siempre estaba ahí cuando iba a caer?
Shinichi no le dijo nada, se acercó a ella y la abrazó para que pudiese llorar libremente, sintiendo que veía su verdadero rostro por primera vez.
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La otra cara de la noche
FanfictionEl último curso de instituto, era la última oportunidad de hacer todo aquello que no podrían hacer los futuros años como jóvenes adultos enredados en la universidad o en el trabajo. La última oportunidad de confesarte a tu primer amor, lanzarte haci...