CAP XXX

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La sonrisa de Ran se apagó y su ceño se frunció. Otra vez ella. Últimamente, no paraba de aparecer cada vez que ella intentaba acercarse a Shinichi.

"Hola." Apretó los puños ligeramente e intentó poner una sonrisa amable.

      

"Mouri." Le saludó ella inclinando la cabeza, sentándose en el escalón de la ventana con los pies descalzos acariciando el césped.

"¿Quieres pasar y tomar algo?" Le preguntó él amablemente al notar el silencio incomodo que ahora les acompañaba.

Su cabeza le decía que no se quedara, que no necesitaba sufrir más, ni ver nada que la hiciese sentirse peor de lo que ya se sentía. Pero verla ahí, de nuevo a su lado... "Claro, un té estaría genial."

Kudo se dirigió al interior de la casa para preparar la bebida pero la pelirroja le frenó. "Ya voy yo, hace tiempo que no os veis." Se adelantó, dejándoles de nuevo solos.

Ran se acercó al escalón y dejó su mochila a un lado antes de sentarse y cruzar las piernas. Mirando al detective de reojo con muchísimas ganas de empezar a acribillarle a todo tipo de preguntas, pero sin ser capaz de abrir la boca.

"Shiho está viviendo con el profesor. Temporalmente." Le explicó brevemente el moreno, como si le hubiese leído la memoria.

"Oh...ya veo."

"Está siendo un momento difícil con todo lo que ha pasado..."

"He escuchado las noticias, desde esta mañana que no hablan de otra cosa." Le dijo recordando toda las cosas que había escuchado.

"Sólo quiero ayudarla...¿Lo entiendes, verdad?"

"Claro." Contestó antes de suspirar. Ese complejo de héroe, le molestaba cada día más, pero no quería enfadarse, debía acordarse de el amor propio que se tenía y no iba a arrastrarse por nadie, menos por alguien que siempre huía de su lado. Por más que le doliera. "Entonces...cuando volverás al instituto, no falta mucho para los finales."

"No creo que vuelva este curso, he hablado con mis padres y con el director del centro y me han dado la opción de poder hacer los exámenes finales sin presentarme a clase presencialmente. Me citarán un día para presentarme y hacerlos todos en una mañana."

Ella abrió los ojos completamente sorprendida. "¿Qué?¿Por qué?"

"No quiero apartarme del caso llegados a este punto." Le explicó sentándose a su lado. "Ya sabes..."

Ella le sonrió con tristeza. Los casos. Los misterios. "Sí...lo sé."

La pelirroja apareció justo después y les ofreció una taza a cada uno antes de sentarse en el césped, justo en frente de ellos.

Ran apartó su mirada de Shinichi para mirar detenidamente su vestimenta tan casual. Las anteriores veces que la había visto, iba impecable y muy elegante a diferencia de esta, que se veía muy natural. No lucía ni una gota de maquillaje y su pelo estaba húmedo y ligeramente despeinado, pero aún así, se veía igual de impecable. Su mirada bajó hasta su camiseta, que no le extrañaba que le fuese grande, ya que recordaba habérsela visto puesta otras veces al moreno.

Una punzada de celos se clavó dentó de ella y frunció el ceño ligeramente, cosa que no pasó de inapercibido para la pelirroja. Se tenía que acostumbrar, pero no quitaba que se sentiese en parte remplazada.

"Se os ve bastante cercanos..." Dijo sin dejar de mirar de reojo a la pelirroja. Quería morderse la lengua, pero no podía quedarse callada.

El detective abrió y cerró la boca un par de veces sin saber muy bien que decirle. No podía negarlo pero no quería hacerle más daño. "Bueno..."

La otra cara de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora