CAP XXXVII

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Estar de nuevo bajo esta bata blanca, era lago extraño y tranquilizante a la vez. A ella siempre le había gustado perderse entre las formulas y los utensilios del laboratorio, y después de pasar esos días encerrada en su casa, ahí dentro se sentía como un pájaro volando entre una fresca brisa.

El laboratorio era como su casa, el lugar dónde más cómoda se sentía.

El recinto tenía casi las mismas tecnologías que la organización, así que rápidamente se hizo con el laboratorio, moviéndose de un lado a otro, dejando sorprendidos a los dos agentes que la observaban desde el exterior.

"Se nota porqué era tan especial para ellos." Comentó Akai sin dejar de mirarla.

"Sí, es una locura de mujer...habían veinte personas aquí trabajando sin parar hace una hora, y ahora, ella sola se ha apoderado de él, con esa calma y profesionalidad." Agregó el detective, viendo como su bata casi volaba por el laboratorio.

"Es muy buena..." Afirmó el moreno, estudiando cada movimiento que hacía con los ojos entrecerrados.

"Akai, ya tenemos los resultados." Les interrumpió uno de sus compañeros, entregándole un par de papeles antes de volver a marcharse.

"¿Qué es eso?" Preguntó el detective curioso.

"Siguiendo el rastro de Calvados con las capturas de aquella cámara, hemos conseguido diferenciar unas huellas, que parecen coincidir perfectamente con las que encontramos en la serie de crímenes que inculpan a Shiho."

"¿Crees que..."

"No quería precipitarme, pero luego he mandado a revisar la lista de visitas que recibe Vermouth en la cárcel...y parece ser que Calvados la visitaba frecuente utilizando un nombre e identidad falsas." Le explicó pasándole los documentos. "Calvados siempre ha estado enamorado de ella y Vermouth siempre ha querido hundir a Sherry a toda costa. El caso puede tomar un sentido distinto ahora."

Kudo miró los papeles y luego volvió a levantar la mirada para observar lo concentrada que estaba la pelirroja trabajando. Se sentía algo aliviado, pero a la vez sentía rabia. Todos esos dolores de cabeza y pesadillas que le habían causado, ¿eran solo por venganza? ¿Por una rivalidad? Shiho se había llegado a creer que era la causante de todos esos crímenes. Vermouth solo se había dedicado a jugar con su cordura.

"Tenemos que encontrar a Calvados. No sé porqué ha ido tan lejos con esto, pero espero que no pretenda seguir empeorando las cosas con más actos." Comentó Akai mirando su reloj. "Voy a reunirme con Jodie y a comprobar que el estado de los alumnos no haya empeorado. Lo último que necesitamos, es que cunda el pánico entre las familias."

"Claro, yo voy a ver como va el trabajo en el laboratorio." Comentó el joven, devolviéndole los papeles antes de cruzar la puerta de cristal del laboratorio.

"¿Es que no te han enseñado a llamar a la puerta antes de entrar?" Comentó ella nada más escuchar la puerta abrirse, sin apartar la mirada de las muestras que tenía sobre la mesa.

"Solo quiero saber como lo llevas, ¿necesitas algo?" Se defendió él mientras se acercaba a ella.

"¿Cómo están los alumnos? ¿Los han evacuado del edificio?" Preguntó moviéndose hacia el microscopio.

"Después de comprobar que no es algo contagioso, los han traído a una carpa que acaban de montar frente a la central." Le explicó, intentando entender alguna de las palabras que había escritas en la pizarra blanca. Pero al final, era como un idioma completamente desconocido para él.

"¿Todos tienen síntomas?" Preguntó de nuevo.

"Por suerte no. Hay treinta alumnos con complicaciones respiratorias y unos ciento veinte con síntomas leves. El resto, parece que no ha sufrido ningún malestar."

La otra cara de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora