"Contarme de una vez que ha pasado." Exigió Akemi cuando llegaron de vuelta al coche bastante serios, un par de minutos después de que el Porsche desapareciera de ahí. "¿Era ella? ¿La habéis visto?" Insistió mirando a uno y luego al otro.
Akai apretó los dientes apartando la mirada y arrancó el motor sin decir nada. Solo pensar en la cercanía que había visto que tenía la pelirroja hacia el rubio, le hervía la sangre.
Y Kudo tampoco podía sacarse esa imagen de la cabeza. No sabía si la pelirroja lo había fingido solo para darles la oportunidad de seguir viviendo o porque también quería de hasta donde llegaban las cosas ahí dentro. No lo sabía bien, pero no le había gustado. Se había dado cuenta que el rubio se había sorprendido casi tanto como ellos, pero también había visto que había aprovechado la oportunidad para acercarla más a él.
Apretó los puños y observó a Akai, esperando a que él dirigiera la conversación. Pero en el coche solo reinaba el silencio, la impaciencia de la morena, el leve ruido del motor y el aire chocar contra el vehículo.
"Dentro de lo que cabe...parece estar bastante bien." Dijo el moreno entre dientes.
"¿Bastante bien?" Preguntó ella confusa, pero él no parecía querer dar detalles. "¡¿Vais a decirme algo o solo me diréis lo que os interese?! Me estoy cansando de este juego."
"La hemos visto besarse con Gin." Le dijo Kudo finalmente.
"Deja de tomarme el pelo, ella nunca haría algo así." Lo negó.
"Gin iba a descubrirnos, pero estamos aquí porque ella logró frenarle a último momento besándole por sorpresa." Explicó Akai entre dientes, dirigiéndose a la casa del joven para acabar esa noche tan movida.
Akemi abrió los ojos y los entrecerró rápidamente con tristeza y pura decepción. No quería saber si era algo que se había repetido con anterioridad o lo hacía para poder seguir adelante ahí dentro, pero solo pensarlo le entraban nauseas. No era la persona que quería ver cerca de su hermana pequeña y menos amorosamente.
"Ella no le quiere." Afirmó en voz alta para auto convencerse, negando con la cabeza.
"Le quiera o no, está más cerca de Gin de lo que cualquiera de nosotros imaginaría." Contestó Akai frenando en el portal del joven.
"Entonces...nosotros nos aprovecharemos de todo esto." Intervino el detective con una sonrisa antes de abrir la puerta.
"¿A que te refieres?" preguntó Shuichi observándole desde el retrovisor, sacando un paquete de la guantera para encenderse un cigarro antes de escuchar la propuesta del más joven. Y no pudo evitar sonreír al acabar de escucharle, sabía que podía sorprenderle.
***
Shiho suspiró lentamente cuando escuchó la puerta principal cerrarse, indicándole que por fin volvía a estar sola.
Apagó el cigarro en el cenicero de su lado, que el rubio había acercado a la mesita de noche minutos atrás y soltó el humo lentamente antes de levantarse tapándose el cuerpo con la sábana y dirigiéndose al baño para tomar una ducha. Su piel desprendía aún su olor, quedándosele pegado en las fosas nasales, parecía que estaba en cada rincón.
Dejó caer el agua caliente sin moverse, solo sintiéndola chocar contra ella antes de enjabonarse, cosa que hizo varias veces, dejándose la piel casi roja de tanto rascar. Se sentía sucia y no estaba orgullosa de lo que acababa de hacer...pero tampoco era la primera vez que lo hacía.
A su yo de dieciséis años, no le hubiese importado hacerlo, la atracción había sido mutua años atrás y había disfrutado de sus bromas mezclándose con su sarcasmo y sus manos enredándose en su bata blanca. Pero todo eso había cambiado cuando se dio cuenta de que ella no podía cambiarle. Gin no cambiaba por nadie, lo había aprendido hacía demasiado tiempo.
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La otra cara de la noche
FanfictionEl último curso de instituto, era la última oportunidad de hacer todo aquello que no podrían hacer los futuros años como jóvenes adultos enredados en la universidad o en el trabajo. La última oportunidad de confesarte a tu primer amor, lanzarte haci...