CAP XV

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Las cosas dentro de la organización, seguían igual de tensas o incluso más, pese a que habían hecho una gran limpieza de agentes infiltrados. No había servido de mucho aquella lista, aquellas sanguijuelas habían absorbido cada detalle y dato que habían podido.

Se olía de hacía tiempo que Kir podía estar involucrada con algo, pero Bourbon, le vino completamente por sorpresa.

Aún así, a ella todo eso le importaba una mierda.

Sabía que no podía ser libre, pero no tenía intenciones de dejar a cualquier federal enredarle las manos con esas esposas y ya tenía más que asimilado cual sería su final una vez llegase el momento. ¿Un disparo en la cabeza?¿En el estómago?¿O quizá su propio veneno?...¿Qué importaba? Nada de lo que el rubio decidiese hacer le sorprendería.

Tecleo en su ordenador intentando concentrarse, sin querer ni enterarse de qué podía suceder de puertas para afuera. No quería ver la cara de enfado de nadie y menos la de Gin.

Quería intentar mantener esa especie de calma que había conseguido mantener esos días y sólo quería pensar en la ciencia. Pero una parte de sus pensamientos se desviaba constantemente hacia el moreno que hacía tantos días que no veía.

Había dejado de leer sobre él en los periódicos y tampoco se había topado con él por la ciudad. Era una sensación extraña, no quería volver a verlo, pero a la vez sí que le apetecía. No quería involucrarlo y a la vez, cedía un poco más a cada uno de los encuentros que tenían. No iba a admitir que le gustaba, eso estaba fuera de su alcance y era un sentimiento que no podía permitirse sentir, pero se sentía bien a su alrededor...Podía hablar con él de una manera extrañamente muy natural. Le gustaba como podía mostrarse cuando estaba cerca de él y cómo una pequeña parte de la Shiho que escondía, veía la luz entre las bromas sarcásticas que solían hacerse. No todo acababa siendo falso.

Dejó todo eso a un lado y volvió a concentrarse en el trabajo. Todos los ratones habían muerto en los ensayos de esa semana, pero aún no había podido comprobarlo con cuerpos humanos.

Kiichiro Numabuchi, había conseguido escaparse la noche anterior a la prueba que ella misma tenía que ejecutar y con todo el revuelo que había habido después, el trabajo del laboratorio se había pausado y ralentizado pese a que ella no parase ni un segundo.

"Sherry." Le llamó un compañero a su espalda. Ella se giró y le miró seriamente sin contestarle, esperando a que explicase su razón para interrumpirla. "Gin dice que salgas." Dijo con cierto nerviosismo, sin querer mantener contacto visual con ella.

Shiho asintió y salió del laboratorio rompiendo el silencio que se había creado con el ruido de sus tacones, miró a un lado y a otro del pasillo para acabar encontrándose al rubio apoyado al otro lado de la puerta, con un cigarro entre los labios como de costumbre. "¿Qué quieres, Gin? Estoy a la espera de unas pruebas" Preguntó directamente. No le gustaba cuando aparecía sin avisar, bueno, no le gustaba cuando aparecía directamente.

"Tan aplicada como siempre." Comentó él exhalando lentamente el humo.

Ella frunció el ceño y cruzó los brazos, esperando a que le explicase el motivo de su visita.

"¿Has enviado los esquemas?" Le preguntó.

"Ahá." Asintió. "Tengo que pasar al ordenador otros archivos, pero todo eso ya está enviado desde ayer."

Pese a las dudas que su carácter rebelde, nunca defraudaba de puertas del laboratorio para dentro. Gin sonrió satisfecho. "Bien."

"¿Eso es todo? ¿Puedo volver a mi trabajo?" Preguntó alzando una ceja, con pocas ganas de alargar esa conversación.

La otra cara de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora