CAP XXVIII

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"Lo siento..." Se disculpó la pelirroja en cuanto vio a la morena cruzar la entrada para parar delante de ella. "Yo...yo...lo siento." Dijo en un hilo de voz, sin saber bien como podía disculparse, ni por donde debía empezar a hacerlo.

"No te disculpes..." Le contestó Akemi con una sonrisa cálida. "Está bien, yo también tengo mucho de que disculparme." Dijo rodeándole los hombros para acercarla a un abrazo. "Hemos pasado por mucho...esto tampoco va a poder acabar con nosotras."

La pequeña apoyó su barbilla en su hombro y la rodeó con sus brazos. No había sido consciente de lo mucho que había añorado eso, de lo mucho que había extrañado a su hermana.

"No llores, todo esto acabará pronto." Le dijo su hermana apartando su cabeza para secar sus mejillas a la vez que ella misma también se emocionaba.

Shiho cerró los ojos y respiró hondo. Estaba cansada de llorar, últimamente, ni se daba cuenta cuando empezaba a hacerlo.

Después de una fuerte tormenta, uno nunca es el mismo. Como esas que te calan rápido la ropa aunque intentes correr para resguardarte. Hacen ruido y te hacen temblar, pero no dejas de mirar como pasan y te empapan de muchas cosas, como sentimientos, emociones, sonrisas, llantos y recuerdos.

¿Por qué te negaste a colaborar desde un principio?

Esa sensación tan desagradable que le mojaba a cada pregunta que le habían echo las siguientes horas, en las que parecía que la aguja el segundero no se movía. Teniendo que excusarse por las elecciones y decisiones que nunca habían estado a su alcance.

¿Cómo puedes justificar todas las defunciones que has firmado?

Bourbon también estaba ahí esta vez, pero no como criminal, sino como agente de la policía secreta. No iba a dejar de sorprenderle nunca.

Llevabas casi dos décadas dentro de ese mundo, ¿Qué te movía hacerlo?¿Las amenazas, la propia venganza o la rabia que tenías tú hacia ellos?

La organización había muerto por todas esas sanguijuelas, ella solo se había convertido en otra más para intentar salvar su pellejo. Siempre acababa convirtiéndose en lo que no quería.

¿Qué influencia tenía en todo esto la relación que tenías con Gin?

Pero Rei, sabía mucho más que los otros federales gracias a su larga infiltración y en esa ocasión, lo aprovechó al máximo para abrir los capítulos más íntimos de la vida de la pelirroja. Shiho intentó ser más colaborativa esta vez, pero no dijo ni una palabra más que lo justo y necesario para que la dejasen en paz. Se imaginaba que no había ninguno de todos esos agentes que la observaban acompañados de su hermana y Kudo, que sabía que la estarían estudiando sin perderse una sola palabra detrás de ese espejo. Pero el rubio también sabía ser intimidante.

¿Querías proteger a tu hermana o matabas a los demás para tu propia supervivencia?

"¡Basta ya!" Chilló ya cansada. "Queréis que colabore y os allane el camino, pero lo único que hacéis es atacarme y juzgarme sin poner un mínimo interés a entender lo que yo he vivido." Dijo mirándole con odio.

Rei suspiró y se levantó de la silla. "¿Crees que los abogados o el juez serán más compasivos que nosotros? Sabes que fácilmente podría caerte cadena perpetua."

"¿Entonces que mierdas hago aquí? Sería mejor que calle la boca, ¿no?" Preguntó molesta, apoyando un codo sobre la mesa.

El rubio sonrió. "Eres la llave que abre nuestra caja de Pandora... Pero está en tus manos que consigamos abrir la cerradura."

La otra cara de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora